Un nuevo gen de resistencia a antibióticos se propaga en hospitales y granjas del mundo
Un reciente estudio internacional liderado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha identificado la propagación silenciosa de un gen bacteriano que podría marcar el inicio de una nueva era de enfermedades prácticamente incurables. Se trata del gen npmA2, una variante preocupante del gen npmA, que otorga resistencia a una familia completa de antibióticos conocidos como aminoglucósidos.
El origen del npmA: un gen silencioso que se ha globalizado
El gen original npmA fue detectado por primera vez hace más de veinte años en una cepa de Escherichia coli en un hospital de Japón. Desde entonces, se sabe que este gen otorga a las bacterias una potente resistencia contra los aminoglucósidos, antibióticos ampliamente usados en tratamientos hospitalarios.
Lo alarmante ahora es que los investigadores han encontrado una nueva variante, npmA2, en bacterias de hospitales y granjas en Reino Unido, Alemania, Estados Unidos, Australia, China y Francia. Esto indica una rápida expansión global con potenciales consecuencias devastadoras para la salud pública.
npmA2 se mueve entre bacterias gracias a un mecanismo genético único
En el estudio, que involucró a instituciones como el Wellcome Sanger Institute (Reino Unido), el Instituto Pasteur (Francia) y centros en Países Bajos y Australia, los científicos analizaron cerca de dos millones de genomas bacterianos de la base de datos internacional AllTheBacteria.
Allí descubrieron que npmA2, a diferencia de su antecesor, no solo aparece en bacterias gramnegativas, sino también en grampositivas. Destaca su presencia en el linaje ST11 de Clostridioides difficile, un microorganismo relacionado con infecciones intestinales graves, así como en dos cepas de Enterococcus faecium resistentes a la vancomicina en hospitales neerlandeses.
La clave de la expansión: el transposón Tn7734 y los ICE
El estudio revela que npmA2 está vinculado al transposón Tn7734, un fragmento genético que puede desplazarse e insertarse en distintas zonas del ADN bacteriano. Este transposón tiene la capacidad de integrarse en elementos llamados elementos integrativos y conjugativos (ICE, por sus siglas en inglés), como el recientemente identificado Tn7740.
Los ICE no solo pueden moverse dentro de una misma célula bacteriana, sino que también pueden transferirse entre diferentes especies, lo que favorece la propagación horizontal del gen de resistencia. Esto significa que la amenaza podría extenderse rápidamente entre diversos tipos de bacterias, incluso aquellas que forman parte del microbioma humano.
Un enemigo invisible en crecimiento: advertencia de los expertos
Bruno González-Zorn, jefe de la Unidad de Resistencia a los Antibióticos de la UCM y líder del estudio, explicó: “El npmA2 es como un fantasma: casi nadie sabía de su existencia y, sin hacer ruido, ha empezado a aparecer en distintas partes del mundo y en bacterias que ya son difíciles de controlar”.
Los resultados, publicados en la prestigiosa revista Nature, subrayan que estos elementos genéticos móviles podrían acelerar la resistencia a los aminoglucósidos en patógenos clínicos. La comunidad científica insta a reforzar la vigilancia genómica y a estudiar a fondo los mecanismos de transferencia genética en ecosistemas bacterianos complejos.
La resistencia a los antibióticos: una amenaza sanitaria global
La resistencia bacteriana a los antibióticos es un problema de salud pública que va en aumento. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las infecciones resistentes ya causan alrededor de 1.3 millones de muertes anuales en el mundo. Además, el Grupo de Coordinación Interorganismos sobre Resistencia a los Antimicrobianos ha clasificado esta problemática como una de las diez principales amenazas para la humanidad.
De no tomar medidas efectivas, se estima que para el año 2050, las muertes anuales por infecciones resistentes podrían superar los 10 millones. Como advirtió González-Zorn: “Si no actuamos ya, nos abocamos a una era donde una simple infección vuelva a ser mortal”.
Actuar ahora para evitar una catástrofe sanitaria
El hallazgo del gen npmA2 y su capacidad de propagarse silenciosamente entre especies bacterianas distintas es una señal de alarma para los sistemas de salud de todo el mundo. Fortalecer la vigilancia genética, reducir el uso indiscriminado de antibióticos y promover la investigación son pasos urgentes para evitar que una amenaza silenciosa se convierta en una crisis global irreversible.