China revela ambicioso plan para liderar el desarrollo de chips cerebrales
En un documento político reciente, el gobierno de China ha revelado su estrategia para convertirse en líder mundial en la industria de las interfaces cerebro-computadora (BCI, por sus siglas en inglés). Esta tecnología, que permite la conexión directa entre el cerebro humano y dispositivos externos, es el mismo campo en el que compañías como Neuralink, de Elon Musk, están invirtiendo fuertemente en Estados Unidos.
Una hoja de ruta clara hacia el liderazgo tecnológico en BCI
El documento fue elaborado por siete departamentos del gobierno chino, entre ellos el Ministerio de Industria y Tecnología de la Información, la Comisión Nacional de Salud y la Academia China de las Ciencias. En él se establece una hoja de ruta con metas claras: lograr avances tecnológicos significativos en BCI para el año 2027 y desarrollar una industria competitiva a nivel internacional antes de 2030.
Según Max Riesenhuber, profesor de neurociencia en la Universidad de Georgetown, el documento detalla todas las acciones necesarias no solo para innovar en investigación, sino también para llevar los dispositivos al mercado y alcanzar su adopción masiva.
De la investigación a las aplicaciones prácticas
La tecnología BCI existe desde los años 70, pero su adopción fue limitada debido a su tamaño, costo y poca fiabilidad. Empresas como Neuralink, Synchron y Paradromics han intentado cambiar eso desarrollando chips cerebrales más eficientes y seguros.
China, aunque llegó tarde a esta carrera, ha acelerado notablemente su progreso. Empresas e institutos de investigación han logrado implantar con éxito chips cerebrales en pacientes con parálisis, permitiéndoles mover cursores, manipular brazos robóticos y hasta escribir pensamientos en una pantalla.
Empresas chinas ya aplican tecnología en pacientes
NeuroXess, una empresa con sede en Shanghái, ha implantado su dispositivo en seis personas con parálisis. En tres de estos pacientes, se logró descodificar con precisión el habla en idioma chino; en los otros casos, los pacientes controlaron dispositivos digitales solo con el pensamiento. Su director, Phoenix Peng, considera realista que para 2027 algún sistema BCI sea aprobado oficialmente en China.
Por su parte, Minmin Luo, director del Instituto Chino de Investigación Cerebral y líder de NeuCyber NeuroTech, ha desarrollado un chip llamado Beinao-1. Implantado en cinco personas, ha demostrado ser seguro y estable. Estos pacientes ahora pueden mover cursores en pantallas y usar aplicaciones móviles. Luo estima que entre uno y dos millones de pacientes chinos podrían beneficiarse de esta tecnología.
Aplicaciones médicas y de consumo más allá de la rehabilitación
El documento no solo contempla aplicaciones clínicas. Se propone que las BCI también sirvan para prevenir enfermedades cerebrales al monitorear la actividad neuronal en tiempo real. Incluso plantea usos en el sector de transporte, como alertar a conductores sobre somnolencia o falta de atención.
El gobierno fomenta especialmente el desarrollo de BCI no invasiva, como los dispositivos portátiles que se colocan en la frente, cabeza o incluso en forma de auriculares y gafas. Esta tecnología podría tener usos en sectores de alto riesgo como la minería, energía nuclear o manipulación de materiales peligrosos, donde los chips cerebrales podrían detectar situaciones críticas como desmayos o intoxicaciones.
China vs Estados Unidos: ¿competencia o colaboración en BCI?
Aunque las políticas chinas delinean una competencia directa con EE. UU. en esta tecnología disruptiva, Phoenix Peng señala que hay espacio para la colaboración internacional. “Los pacientes necesitan desesperadamente esta tecnología. No queremos entrar en disputas geopolíticas; queremos construir algo útil para ellos”, afirmó.
Con una estrategia nacional bien definida, un ecosistema empresarial en expansión y un enfoque claro en la producción masiva, todo indica que China se perfila como un serio competidor en la carrera por dominar el mercado global de chips cerebrales.