Un equipo de médicos de la Universidad Murdoch en Australia ha descubierto una nueva forma de utilizar las bacterias genitales para identificar a agresores sexuales. Este enfoque innovador se basa en el estudio del sexoma, el microbioma único de cada persona en los genitales, que podría servir como una herramienta forense clave en la investigación de delitos sexuales.
¿Qué es el sexoma y cómo podría ayudar a identificar agresores sexuales?
El sexoma es el término utilizado para referirse al conjunto de microorganismos presentes en los genitales de cada persona. Este microbioma es único para cada individuo y puede transferirse entre las parejas durante el contacto sexual. Gracias a una nueva técnica de secuenciación de ADN, los investigadores han logrado identificar la firma bacteriana de una persona en los genitales de su pareja.
Según el estudio, durante el coito, los microorganismos presentes en los genitales de una persona se transfieren a la otra, lo que permite que sea posible identificar la presencia de bacterias específicas en muestras genitales, incluso varios días después del contacto sexual.
¿Cómo se realizó el estudio sobre el sexoma?
Para llevar a cabo este innovador estudio, los investigadores reclutaron a 12 parejas estables y monógamas. Las parejas participaron en un periodo de 14 días sin actividad sexual. Durante este tiempo, se tomaron muestras tanto de los genitales masculinos como femeninos. Después de reiniciar la actividad sexual, se tomaron nuevas muestras y se utilizó una secuenciación avanzada para analizar el ADN de las bacterias presentes.
El objetivo de este enfoque fue comprobar si el microbioma genital de una persona podía ser detectado en los genitales de su pareja después del contacto sexual. Los resultados mostraron que, incluso con el uso de barreras físicas como los condones, el microbioma se transfiere efectivamente entre las parejas. Los investigadores encontraron que la firma bacteriana podía mantenerse en los genitales de la pareja durante hasta cinco días, aunque la ventana ideal para la detección es de 48 horas.
Implicaciones del estudio en la investigación forense
El uso del sexoma como herramienta forense representa un avance significativo en la investigación de agresiones sexuales. En lugares como Australia, donde se estima que una de cada seis mujeres mayores de 15 años ha sufrido algún tipo de agresión sexual, este tipo de pruebas podría ser fundamental para identificar a los agresores que intentan eludir la justicia.
Los expertos forenses de la Universidad Murdoch han demostrado que el sexoma masculino puede ser identificado en los genitales femeninos, lo que podría proporcionar evidencia crucial en casos de agresión sexual. Sin embargo, como señala Nerea Molina, investigadora en la Universidad de Granada, aún queda trabajo por hacer para que esta técnica se convierta en una herramienta válida para su uso en tribunales.
Desafíos y futuras investigaciones
Aunque el concepto del sexoma como herramienta forense es prometedor, hay varios factores a considerar antes de que esta técnica pueda ser utilizada en investigaciones judiciales reales. La identificación precisa de los microorganismos, su estabilidad a lo largo del tiempo y la influencia de otros factores biológicos, como la presencia de otros fluidos, son desafíos clave que aún deben ser superados.
Como comenta Molina, este estudio marca un avance importante en la comprensión de la transferencia bacteriana entre parejas, pero se necesitan más estudios a gran escala y en escenarios reales para validar su viabilidad en investigaciones forenses.
En resumen, el uso del sexoma podría ofrecer nuevas oportunidades en la lucha contra los agresores sexuales, pero su implementación en el ámbito forense aún requiere tiempo y mayor investigación.