Los perros que se parecen a sus dueños: la psicología detrás de la conexión

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10 marzo, 2025
| Salud mental
Salud FM
Foto: Gerrard Gethings
Investigaciones revelan cómo la familiaridad y el efecto de mera exposición influyen en la elección de un perro que refleja a su dueño, tanto en apariencia como en personalidad

Los perros, esos fieles compañeros que nos acompañan día a día, a menudo parecen reflejar las características físicas de sus dueños. Tal vez recuerdes una escena icónica de la película clásica 101 dálmatas (1961), donde el perro dálmata Pongo observa cómo los perros y sus dueños se parecen increíblemente. ¿Pero qué hay detrás de esta curiosa coincidencia? La ciencia detrás de este fenómeno sugiere que hay razones psicológicas que explican por qué los perros pueden parecerse a sus dueños.

El fenómeno psicológico de la familiaridad: ¿por qué nos atraen los perros que se parecen a nosotros?

Según investigaciones psicológicas, las personas tienden a sentirse atraídas por aquellos objetos o seres que les resultan familiares. Este principio se aplica no solo a las personas o lugares, sino también a las mascotas. Un estudio realizado en 2015 reveló que las mujeres con pelo largo preferían perros con orejas igualmente largas, mientras que las mujeres con peinados cortos se sentían más atraídas por perros con orejas puntiagudas.

La familiaridad y el efecto psicológico detrás de elegir un perro

Art Markman, científico cognitivo de la Universidad de Texas en Austin, explica que esta tendencia a elegir un perro que se parece a nosotros está relacionada con el concepto de familiaridad. Como estamos tan expuestos a nuestro propio reflejo en el espejo, puede resultar reconfortante elegir una mascota que nos recuerde a nosotros mismos. Ya sea que el perro tenga el mismo tipo de pelaje, una mirada similar o incluso una postura parecida, estos pequeños detalles nos dan la sensación de estar rodeados de algo familiar.

Esto también puede explicar por qué, al visitar un refugio de animales, uno puede sentirse atraído por ciertos perros sin tener una razón lógica clara. El aspecto físico familiar de un perro, o simplemente el “feeling” de que encaja con nuestra personalidad, juega un papel clave en nuestra decisión.

Los estudios científicos que demuestran la conexión entre perros y dueños

El estudio que revela cómo la apariencia del perro se parece a la del dueño

En un estudio de 2004, se observó que personas ajenas podían emparejar a los perros con sus dueños solo basándose en sus fotos, con una probabilidad superior al azar. Sin embargo, este fenómeno se dio principalmente cuando los perros eran de raza pura. Según Michael Roy, profesor de psicología en Elizabethtown College, las personas son capaces de hacer esta conexión debido a que los perros de raza son más predecibles, tanto en su aspecto físico como en su temperamento, lo que facilita que el dueño elija una mascota que encaje con su personalidad y estilo de vida.

La relación entre la personalidad y la elección del perro

El estudio también sugiere que el tipo de perro elegido por una persona puede reflejar su personalidad. Por ejemplo, una persona extrovertida y activa podría sentirse más atraída por un labrador en lugar de un chihuahua, debido a que el primero es conocido por ser amigable y enérgico, mientras que el segundo tiende a ser más tranquilo.

El “efecto mera exposición” y su influencia en la elección de una mascota

¿Cómo afecta la familiaridad en nuestras elecciones?

Otro concepto clave en la elección de un perro tiene que ver con el efecto mera exposición, un fenómeno psicológico que sugiere que preferimos lo que nos resulta más familiar. Markman pone como ejemplo cómo la gente reacciona a una canción que ha escuchado varias veces en la radio durante un concierto. Aunque la canción no sea objetivamente la mejor de la banda, la familiaridad con ella genera una respuesta emocional más fuerte.

Este mismo efecto puede aplicarse a la elección de perros, ya que si la mayoría de las personas a nuestro alrededor tienen perros de cierta raza, es probable que terminemos sintiéndonos atraídos por ese tipo de perro debido a la familiaridad visual y el contacto constante con ese tipo de animal.

La psicología detrás de la “búsqueda del semejante” en las relaciones

Parejas que se parecen entre sí, un fenómeno extendido

La búsqueda del semejante no solo aplica a los perros, sino también a las relaciones humanas. Klause Jaffe, científico de la Universidad Simón Bolívar de Venezuela, explica que los humanos, al igual que los animales, tienden a elegir parejas que reflejan sus propias características. Este fenómeno, conocido como apareamiento asortativo, se observa no solo entre los humanos, sino también en otras especies. Al elegir una pareja, ya sea humana o canina, las personas se sienten atraídas por aquellos que tienen características similares a las suyas, lo que refuerza la idea de que tanto los perros como las relaciones humanas se basan en la familiaridad.

¿Es malo elegir un perro que se parezca a ti?

No te sientas culpable por elegir un perro similar a ti

Según los expertos, elegir un perro que se parezca a ti no debe ser motivo de vergüenza. Si el hecho de que un perro tenga un parecido físico con uno mismo hace que te sientas más cómodo y conectado emocionalmente, ¡es completamente válido! No hay razón para sentir que esta decisión se basa únicamente en factores superficiales o irracionales. Al contrario, la familiaridad y el reconocimiento son mecanismos psicológicos naturales que influyen en nuestras elecciones, y si esto lleva a una relación más fuerte con tu mascota, ¡mucho mejor!

Las decisiones intuitivas también tienen su valor

En resumen, la conexión entre los perros y sus dueños no es solo una cuestión de azar. El parecido físico y la familiaridad juegan un papel crucial en la selección de una mascota, algo que puede influir en nuestras decisiones de forma intuitiva. Si tu perro tiene rasgos que te recuerdan a ti mismo, eso es parte de un proceso psicológico natural que nos ayuda a sentirnos más conectados con el mundo que nos rodea.

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