Cada vez más, se reconoce que trabajar largas horas no garantiza productividad, pero sí aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades graves. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), anualmente, unas 750,000 personas en el mundo fallecen por cargas laborales excesivas. México no es la excepción y enfrenta un desafío único: equilibrar la productividad con el bienestar de sus trabajadores.
jornadas laborales extensas: más riesgos que beneficios
En México, el debate sobre la reducción de la jornada laboral se ha centrado principalmente en la productividad y costos empresariales, pero ha pasado por alto un tema crucial: su efecto en la salud. El tiempo de trabajo prolongado no solo reduce la calidad de vida, sino que también está directamente relacionado con enfermedades cardiovasculares, metabólicas y estrés crónico, señala Arturo Juárez, coordinador del Observatorio de Factores de Riesgos Psicosociales y Bienestar Organizacional (Ofapsi).
El impacto de las largas jornadas en el cuerpo y la mente
De acuerdo con la OIT, los horarios prolongados afectan los ritmos circadianos, la calidad del sueño y generan estrés al dificultar el balance entre la vida laboral y personal. Estas condiciones aumentan el riesgo de enfermedades coronarias en un 50% y propician accidentes laborales, sobre todo durante las últimas horas de jornadas prolongadas.
“Las largas jornadas laborales limitan actividades básicas como alimentarse correctamente, hacer ejercicio o descansar lo suficiente”, explica Jorge Mérida, socio creativo de ADN Wellbeing. Según la OCDE, los mexicanos solo tienen en promedio 13.5 horas al día para dormir, comer y disfrutar de actividades de ocio, lo que los coloca entre los países con peor balance vida-trabajo.
riesgos psicosociales: el enemigo invisible en el trabajo
Desde la entrada en vigor de la NOM-035 en 2019, México reconoció oficialmente que las jornadas laborales largas son un factor de riesgo psicosocial. Sin embargo, los datos indican que el problema está lejos de resolverse. Según el último reporte de Mercer Marsh Beneficios, 43% de los trabajadores enfrenta jornadas y cargas laborales excesivas, un porcentaje que creció tras la pandemia de Covid-19.
“El presentismo laboral es un problema generalizado: la gente está en su lugar de trabajo, pero sin rendir al máximo debido al agotamiento y la falta de concentración”, añade Arturo Juárez. Esto, a su vez, genera un círculo vicioso: desempeño deficiente, más estrés y ausentismo laboral.
reducir la jornada laboral no basta: el papel de la promoción de la salud
Aunque reducir las horas de trabajo es un paso en la dirección correcta, los especialistas advierten que no será suficiente si no se fomenta el cuidado personal y la promoción de la salud entre los trabajadores. Es esencial que el tiempo libre se destine a actividades que mejoren el bienestar físico y mental.
Según el estudio “Impacto del estrés laboral en los colaboradores” de OCC, 60% de los trabajadores reportó un incremento en sus niveles de estrés en el último año debido a excesos de horas laborales, cargas desproporcionadas y contacto fuera del horario laboral.
un cambio necesario para el futuro laboral
La disminución de la jornada laboral debe ir acompañada de un cambio cultural y empresarial que valore la salud y el bienestar de los trabajadores como pilares de la productividad. Promover horarios más cortos, con políticas de promoción de la salud, podría ser el camino hacia un balance entre productividad y calidad de vida, logrando un impacto positivo tanto en las personas como en las empresas.
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Con información de: www.eleconomista.com.mx