Los beneficios del mind wandering: por qué distraerse puede mejorar el aprendizaje
La divagación mental, o *mind wandering*, es ese momento en el que nuestra mente se desconecta de lo que estamos haciendo y se pierde en pensamientos dispersos. Aunque puede reducir la capacidad de control y precisión al realizar ciertas tareas, hay estudios que muestran que, en algunos casos, distraerse puede tener beneficios para el cerebro, especialmente en el proceso de aprendizaje. Este fenómeno tiene un impacto positivo en actividades de bajo esfuerzo y repetitivas, las cuales se pueden realizar sin necesidad de atención plena. En esta nota, exploramos cómo el *mind wandering* puede ayudar a aprender mejor, basándonos en recientes investigaciones científicas.
¿Qué es el mind wandering o divagación mental?
El *mind wandering* se refiere al momento en que nuestra mente se distrae de una actividad consciente. Según Peter Simor, coautor de un estudio reciente publicado en el *Journal of Neuroscience*, esta actividad no solo se limita a la distracción, sino que también involucra pensamientos que, a veces, no están relacionados con lo que estamos haciendo. La divagación mental se asocia con el *daydreaming*, aunque algunos investigadores distinguen ambos términos: mientras que el *mind wandering* ocurre cuando nos distraemos mientras realizamos una tarea, el *daydreaming* es más común cuando no estamos realizando ninguna actividad en particular.
El *mind wandering* puede ocurrir hasta el 50% del tiempo que pasamos despiertos, lo que ha generado la pregunta de si esta distracción tiene algún propósito o función en nuestro cerebro.
Estudios sobre los efectos del mind wandering
Aunque la mayoría de las investigaciones se han centrado en los efectos negativos de la divagación mental, como la disminución de la capacidad de comprensión, resolución de problemas o planificación, otros estudios han explorado su impacto positivo. La distracción puede ser útil en ciertos contextos, como en la planificación de acciones importantes, el fomento de la creatividad o incluso el *aprendizaje*.
El estudio de Simor se centró en cómo el *mind wandering* afecta el aprendizaje probabilístico no consciente. Utilizando un experimento en línea y un estudio con electroencefalogramas (EEG) en laboratorio, los investigadores analizaron la precisión de las respuestas de los participantes a tareas que implicaban predecir secuencias en función de probabilidades. Los resultados mostraron que la capacidad de aprendizaje mejoraba cuando los participantes experimentaban *mind wandering*, aunque la precisión de las respuestas disminuía.
El vínculo entre la divagación mental y el aprendizaje
El monitoreo de la actividad cerebral durante el experimento permitió observar que el *mind wandering* inducía patrones cerebrales similares a los que ocurren durante el sueño. Según los investigadores, esta actividad podría representar un estado fuera de línea que facilita el *aprendizaje rápido* y la *consolidación de la memoria*. Es decir, aunque la precisión se vea afectada, el cerebro se prepara para un aprendizaje más profundo y efectivo a largo plazo.
El futuro del mind wandering y el aprendizaje
Simor comenta que la mayoría de los estudios cognitivos se enfocan en el aprendizaje activo, cuando estamos completamente concentrados. Sin embargo, en la vida cotidiana, pasamos mucho tiempo aprendiendo de forma pasiva, lo que podría implicar que nuestros cerebros también necesitan momentos de descanso o de *aprendizaje pasivo*. Esta forma de descanso vigilante podría ser crucial para equilibrar tareas que requieren alta concentración. En el futuro, será importante investigar los efectos de la privación del sueño o los problemas para dormir en el *mind wandering* y en su relación con el aprendizaje.
Conclusión: el mind wandering como herramienta para aprender mejor
En resumen, aunque el *mind wandering* se asocia tradicionalmente con distracción y disminución de la precisión en las tareas, recientes investigaciones sugieren que puede ser beneficioso para el aprendizaje, especialmente cuando se trata de tareas que no requieren una atención constante. El cerebro parece aprovechar estos momentos de distracción para procesar información de manera más eficiente, promoviendo la creatividad, la planificación y la consolidación de la memoria. Así que, la próxima vez que tu mente se desvíe, ¡puede que estés ayudando a tu cerebro a aprender mejor!