En un contexto marcado por la reciente movilización estudiantil en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), donde los alumnos buscaron visibilizar y exigir soluciones a las carencias del sistema educativo y la violencia de género en sus aulas, María José, una estudiante de la Facultad de Medicina, revela en exclusiva la problemática que viven a diario los estudiantes de esta institución. La joven denuncia, entre otras cosas, la falta de apoyo por parte de los docentes y las graves situaciones de acoso que afectan a sus compañeras.
La situación es crítica. De acuerdo con el testimonio de María José, el modelo educativo que se sigue en la carrera de Medicina en la BUAP se caracteriza por ser eminentemente autodidacta. Los estudiantes, afirma, son los encargados de exponer el temario durante las clases, sin que los docentes se involucren activamente en el proceso de enseñanza.
¡URGE DIFUNDIR! 😡
Ahora también es necesario atender los casos de acoso que sufren las alumnas en la BUAP. Aunque el conflicto pareciera que ha terminado, es crucial seguir visibilizando estos problemas internos que afectan a las estudiantes de Medicina.#buap #puebla #salud… pic.twitter.com/yJESu1WK8x
— Fernando Hernández (@saludconfer) March 1, 2025
El hecho de que el sistema educativo de la BUAP no proporcione el apoyo necesario a los estudiantes genera una gran frustración, especialmente en una carrera tan exigente como Medicina, en la que la capacitación y el conocimiento práctico son fundamentales. “Es una carrera que, por supuesto, requiere de una gran autodisciplina, pero que el 100% del contenido lo tengamos que aprender nosotros mismos, sin la orientación adecuada, pues es algo que no se debe tolerar”, afirma.
La situación se complica aún más cuando se suma el problema de acoso laboral y sexual dentro de la institución. María José denuncia que varios docentes han sido señalados por comportamientos inapropiados hacia las estudiantes, algunos incluso han sido denunciados por acoso. “Se ha documentado que ciertos maestros, a través de números privados, han contactado a mis compañeras ofreciendo subirles las calificaciones a cambio de fotos o favores. Estos hechos no pueden pasar desapercibidos”, señala con firmeza.
A pesar de las denuncias y las protestas que han tenido lugar en la universidad, la respuesta por parte de la administración de la BUAP ha sido insuficiente. María José menciona que, aunque algunos profesores han sido reubicados o cambiados de materia tras las denuncias de acoso, la medida de “cambiar de área” no es una solución real para erradicar estas conductas. “No se trata de reubicar a los maestros, se trata de que los responsables enfrenten las consecuencias de sus actos. Mientras tanto, seguimos viviendo en un entorno hostil”, expresa.
Aunque el paro estudiantil ha sido suspendido, la lucha por una mejor calidad educativa y la erradicación de la violencia de género dentro de la institución continúa. Para los estudiantes, la universidad debe ser un espacio seguro para el aprendizaje, y no un lugar donde tengan que enfrentarse a situaciones de abuso y negligencia.
María José y sus compañeros no solo luchan por una educación de calidad, sino por un entorno donde el acoso, la violencia y la indiferencia no tengan cabida. Como estudiante de Medicina, sabe que su futuro depende de su formación, pero también de un entorno académico justo y respetuoso. “Queremos que nuestras voces sean escuchadas y que se nos garantice una educación digna”, concluye.
Este testimonio es un reflejo de la situación que viven muchos estudiantes en diversas facultades de la BUAP, quienes piden a las autoridades universitarias tomar cartas en el asunto para garantizar no solo la calidad educativa, sino también el respeto y la seguridad para todos los estudiantes.