Congelan heces humanas para salvar el microbioma antes de que desaparezca

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2 julio, 2025
| Noticias
Un grupo internacional de científicos lanza una bóveda de microbiomas humanos congelados para proteger la salud del futuro ante la vida occidental moderna.

el ambicioso proyecto para preservar el microbioma humano antes de que la vida moderna lo destruya

En lo profundo del Ártico, en un archipiélago congelado, se encuentra la famosa bóveda del fin del mundo: un banco de semillas que resguarda la diversidad agrícola del planeta. Inspirados por este modelo, un grupo internacional de científicos ha lanzado un plan igualmente audaz, pero con un giro inesperado: preservar el microbioma humano mediante la criogenización de heces fecales.

por qué el microbioma intestinal está en peligro por la vida occidental

Desde hace décadas, los científicos han notado una preocupante tendencia: la microbiota intestinal ancestral está desapareciendo. Esta colección de microorganismos que habita en nuestro sistema digestivo cumple funciones vitales, como la digestión de alimentos, la absorción de nutrientes y la defensa ante patógenos. Además, está profundamente conectada con el cerebro a través del llamado eje intestino-cerebro.

En una carta publicada en 2018 en la revista Science, un grupo de expertos alertó que la vida moderna —con su dieta ultraprocesada, el uso excesivo de antibióticos y el estilo de vida urbano— está alterando de forma irreversible nuestra microbiota. Incluso han documentado que ya hemos perdido la capacidad de digerir ciertas plantas debido a estos cambios.

Esta transformación podría dejar vulnerables a las próximas generaciones. Por eso, preservar el microbioma humano podría ser clave para la salud del futuro.

así nació la idea de crear un “arca de noé” para los microbios humanos

Inspirados en la bóveda de semillas, un grupo de científicos creó en 2019 la organización sin fines de lucro The Microbiota Vault Inc., con el objetivo de crear una reserva global del microbioma humano. Su plan: recolectar, conservar y proteger las bacterias intestinales de personas sanas de todo el mundo.

En 2020 publicaron un estudio de viabilidad que destacó dos grandes obstáculos: la falta de acuerdos internacionales para compartir muestras entre países y la ausencia de una técnica estandarizada para conservar microbiomas de forma eficaz.

cómo se están recolectando y conservando las heces para el futuro

Actualmente, la mejor forma de preservar microbiomas vivos es criogenizar heces fecales de personas sanas a -80 °C. Ya se han recolectado más de 1,400 muestras en nueve colecciones locales, todas almacenadas en una bóveda prototipo ubicada temporalmente en la Universidad de Zúrich.

Este sistema aún es limitado en comparación con la bóveda de semillas, pero representa un gran avance. El proyecto ha logrado consolidarse como una red internacional de más de 100 investigadores en 32 países, y recientemente publicaron sus resultados en la revista Nature Communications.

la expansión del proyecto: más muestras, reglas éticas y nuevas sedes posibles

El siguiente paso es definir reglas éticas claras para el uso, la propiedad y el intercambio de las muestras microbiológicas, así como planear una expansión global. El objetivo es recolectar al menos 10,000 muestras para el año 2029, mientras buscan financiamiento para fortalecer la infraestructura científica.

Aunque suene extraño, no es fácil conseguir fondos para una bóveda de heces. Sin embargo, los investigadores mantienen el optimismo y ya analizan posibles ubicaciones permanentes para esta reserva microbiana, como Suiza, Canadá u otros países con climas fríos ideales para la conservación a largo plazo.

un legado científico a largo plazo para las generaciones futuras

Aún no se sabe cómo se utilizarán exactamente estas muestras en el futuro, ya que la tecnología actual no permite restaurar un microbioma completo. No obstante, los investigadores confían en que, eventualmente, la ciencia avanzará lo suficiente como para aprovechar estas reservas.

Martin Blaser, coautor del estudio, lo resume así: “Tal vez dentro de 100 años, haber salvado estos microbios podría prevenir un desastre mayor (…) Pero si es demasiado tarde, y los miembros clave del microbioma se han ido, como el pájaro dodo, no podemos restaurarlos, a menos que los tengamos almacenados de manera segura”.

Preservar el microbioma humano podría parecer una idea descabellada hoy, pero podría ser la clave para salvaguardar la salud de la humanidad en el futuro. Y todo empieza con una muestra de heces bien conservada.

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