Cada vez más personas en México están optando por la atención médica privada, no por gusto, sino por necesidad. El sector público de salud está tan saturado y desorganizado, que millones terminan pagando de su bolsillo tratamientos que pueden representar la ruina económica de una familia.
El 54% de los mexicanos ya prefiere el sector privado ante la falta de acceso público
Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, más de la mitad de los mexicanos (54%) ya buscan atención médica en el sector privado. El motivo principal: el desbordamiento de los hospitales públicos y la falta de citas, medicamentos y especialistas.
Georgina Sánchez es un claro ejemplo. Después de visitar a dos especialistas, asistir a cinco consultas y pagar dos rondas de laboratorios privados, aún no tiene diagnóstico. Pero lo que sí tiene es una deuda de más de 15,000 pesos. Su historia no es única: es la regla.
Consultas privadas sin tope y sin regulación: una medicina cara y sin control
Una de las principales causas del problema es la ausencia total de regulación en el mercado privado. No hay topes en los precios, ni vigilancia real sobre lo que cobran clínicas y consultorios.
En promedio:
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Una consulta general cuesta entre 300 y 800 pesos.
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Una consulta con un especialista puede alcanzar los 5,000 pesos o más.
Además, como explica Gustavo Leal Fernández, experto en políticas de salud de la UAM-Xochimilco, muchas clínicas aplican estrategias para alargar los diagnósticos. Esto lo hacen con pacientes que tienen seguros de gastos médicos mayores, solo para cobrar más por cada cita.
“El paciente queda en total desventaja, sobre todo si enfrenta enfermedades crónicas que requieren un tratamiento largo y costoso”, advierte el especialista.
Ni la Secretaría de Salud ni el INEGI tienen control sobre tarifas médicas
El descontrol llega a tal punto que no existe una base de datos nacional con tarifas de servicios médicos privados. Ni la Secretaría de Salud ni el INEGI pueden intervenir cuando los precios son excesivos.
Ignacio Martínez, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios de la UNAM, asegura que muchas clínicas operan sin facturas, sin reportar ingresos, lo que vuelve invisible buena parte del problema.
Endeudarse para sobrevivir: una triste realidad de miles de pacientes
Antonio Trejo, de 54 años, fue diagnosticado con mieloma múltiple, un tipo de cáncer en la sangre. Aunque tenía derecho al ISSSTE, las citas tardaban hasta tres meses, y sus síntomas no podían esperar. Terminó atendiéndose en el Hospital Español, donde el primer tramo de su tratamiento costó 400,000 pesos.
Pagó con sus ahorros y ayuda de su familia. Pero cuando llegó el momento de un trasplante de médula ósea de un millón de pesos, simplemente ya no pudo. Tuvo que regresar al ISSSTE.
Un sistema desigual que pone la salud en manos del bolsillo
Mientras el sistema público no mejora, y el privado sigue operando sin reglas claras, los mexicanos tienen que elegir entre esperar o endeudarse.
La salud, que debería ser un derecho, se ha convertido en un privilegio que solo algunos pueden pagar.
Con información de: El País.com
