Los microplásticos son pequeñas partículas de plástico que se encuentran en casi todas partes, desde el aire que respiramos hasta los alimentos que consumimos. Investigaciones recientes han revelado que estas partículas están presentes en prácticamente todos los órganos del cuerpo humano, lo que genera serias preocupaciones sobre sus posibles efectos en la salud. Aunque evitar los microplásticos por completo parece casi imposible, hay diversas maneras de reducir nuestra exposición. Aquí te compartimos algunos consejos prácticos para disminuir el contacto con estas diminutas partículas de plástico.
¿Cómo llegan los microplásticos a nuestro cuerpo?
Los microplásticos son partículas microscópicas de plástico que se desintegran con el tiempo y terminan esparciéndose en el ambiente. A diferencia de otros materiales naturales, el plástico nunca se descompone completamente en el suelo, por lo que se fragmenta en partículas minúsculas que viajan por el aire, el agua y la tierra. Estos microplásticos pueden ingresar a nuestro organismo principalmente a través de:
- Inhalación: Al respirar, podemos ingerir microplásticos suspendidos en el aire.
- Ingestión: Los microplásticos se encuentran en alimentos y agua contaminados, especialmente en productos envasados en plástico.
- Contacto con la piel: Aunque los microplásticos no penetran la piel, productos como cosméticos o lociones que contienen partículas plásticas no son una fuente significativa de exposición.
Además, los estudios muestran que el consumo de mariscos y agua embotellada son algunas de las principales vías de ingreso de microplásticos al cuerpo humano.
Consejos prácticos para reducir tu exposición a los microplásticos
Si bien es casi imposible evitar por completo el contacto con los microplásticos, sí es posible reducir nuestra exposición con algunos cambios simples en nuestra vida diaria. A continuación te damos algunas recomendaciones:
Cambia los utensilios de cocina de plástico
Uno de los mayores riesgos de exposición a microplásticos proviene de los utensilios y superficies de cocina que entran en contacto con los alimentos. Los tableros de plástico y los utensilios de cocina de plástico y teflón (como las sartenes antiadherentes) pueden liberar microplásticos al ser usados para preparar la comida.
Consejo: Opta por utensilios de madera, silicona o metal y usa ollas de hierro fundido o cerámica en lugar de sartenes antiadherentes. Estas alternativas son más duraderas y no liberan microplásticos.
Evita los envases de plástico para alimentos
El uso de envases de plástico para almacenar y conservar alimentos es una de las formas más comunes en las que los microplásticos entran en nuestro cuerpo. Especialmente, los plásticos que entran en contacto con alimentos calientes pueden liberar partículas plásticas.
Recomendación: Sustituye los envases de plástico por contenedores de vidrio o metal. También puedes optar por envoltorios alternativos como envoltorios de cera de abejas o fundas reutilizables para evitar el plástico en tu cocina.
Sustituye tu cepillo de dientes y hilo dental de plástico
El cepillo de dientes plástico es otro producto común que libera microplásticos. Un estudio reciente reveló que los cepillos de plástico y el hilo dental pueden soltar entre 30 y 120 partículas de microplásticos, especialmente cuando los productos son nuevos o están desgastados.
Sugerencia: Cambia tu cepillo de dientes plástico por uno de bambú y usa hilo dental hecho de silk o ceras naturales para reducir la cantidad de microplásticos en tu rutina diaria de higiene personal.
Opta por una botella de agua reutilizable sin plástico
El agua embotellada es una fuente importante de exposición a microplásticos. Un estudio reciente reveló que en un litro de agua embotellada se pueden encontrar más de 200,000 partículas de microplásticos. Además, el material plástico de las botellas también contribuye a la contaminación por microplásticos.
Consejo: Si usas una botella reutilizable, asegúrate de que sea de acero inoxidable o vidrio, ya que estos materiales no liberan microplásticos. Además, puedes instalar un filtro de agua en casa para reducir la cantidad de microplásticos en tu agua potable.
Prefiere materiales naturales para tu ropa
Muchas prendas de vestir están hechas de materiales plásticos como poliéster, nylon, acrílico y spandex, que al desgastarse liberan microplásticos al ambiente. Aunque estos microplásticos no ingresan directamente a tu cuerpo a través de la piel, pueden terminar en el aire y en las aguas residuales.
Recomendación: Siempre que sea posible, opta por ropa hecha de materiales naturales como algodón, lana o lino. También puedes considerar el uso de filtros para microplásticos en la lavadora para evitar que las fibras plásticas se liberen al ambiente durante el lavado.
La importancia de reducir la producción de plásticos
Aunque estos cambios en la vida cotidiana pueden ayudar a reducir la exposición a microplásticos, el verdadero cambio debe venir a nivel social y legislativo. En las últimas décadas, la producción de plásticos ha aumentado de manera exponencial, y se estima que en los próximos 25 años se duplicará.
Acción recomendada: Apoya iniciativas legislativas que busquen reducir el uso de plásticos no esenciales y promover el reciclaje. También puedes tomar medidas en tu comunidad para fomentar el reciclaje y la conciencia ambiental.
En conclusión, aunque los microplásticos están presentes en muchos aspectos de nuestra vida cotidiana, hacer cambios sencillos en nuestra alimentación, higiene y consumo puede marcar una diferencia significativa. Recuerda que reducir nuestra exposición es un paso importante para cuidar nuestra salud y proteger el medio ambiente.