¿Es posible desintoxicarse de los microplásticos? Esto dice la ciencia
Los microplásticos están en todas partes, incluso en nuestros órganos. Aunque es prácticamente imposible evitarlos por completo, investigaciones recientes sugieren que ciertos cambios en la dieta podrían ayudar a disminuir el impacto que estas diminutas partículas tienen en nuestra salud.
La presencia de microplásticos en el cuerpo humano es inevitable
De acuerdo con diversas investigaciones, los seres humanos ingieren cada año el equivalente a 50 bolsas de plástico en forma de microplásticos. Estos materiales no solo se encuentran en el medio ambiente, sino también en alimentos, agua potable, e incluso en el aire que respiramos. Por eso, es casi seguro que todos tenemos microplásticos en el cuerpo.
Si bien aún no hay respuestas definitivas sobre cómo afectan a la salud, estudios en animales y humanos han encontrado correlaciones entre la exposición a microplásticos y diversos problemas de salud, como inflamación, alteraciones hormonales y enfermedades cardiovasculares.
Los microplásticos pueden causar inflamación, alterar la microbiota intestinal y desequilibrar las hormonas
Uno de los principales riesgos es la inflamación excesiva, que está relacionada con más de 100 enfermedades, incluyendo el Alzheimer y el cáncer. Un estudio reciente de 2024 encontró que las personas con microplásticos en las placas de sus arterias del cuello tenían un riesgo cinco veces mayor de sufrir un infarto o derrame cerebral.
Además, algunos tipos de microplásticos afectan directamente a la microbiota intestinal, favoreciendo el crecimiento de bacterias inflamatorias y alterando el proceso digestivo. También se ha observado que ciertas sustancias químicas presentes en los plásticos pueden interferir con las hormonas responsables de funciones clave como el sueño, el apetito y la regulación metabólica.
¿El cuerpo elimina los microplásticos de forma natural?
La buena noticia es que no todos los microplásticos se quedan en nuestro organismo para siempre. Muchos de ellos, especialmente los más grandes, se eliminan a través de las heces. Esto ocurre principalmente con los que ingerimos al consumir alimentos o bebidas.
En cuanto a los químicos presentes en los plásticos, como los ftalatos y el BPA, también pueden salir del cuerpo si se reduce la exposición. Sin embargo, otros más pequeños, como los nanoplásticos, podrían absorberse en los tejidos y viajar por el cuerpo a través del torrente sanguíneo.
Cómo minimizar los efectos de los microplásticos en el cuerpo
Aunque actualmente no existe una cura específica para eliminar los microplásticos del cuerpo, diversos estudios sugieren que algunas estrategias podrían ayudar a reducir el daño que estos provocan.
Los antioxidantes pueden tener un papel protector
Un estudio publicado en febrero mostró que ciertos antioxidantes, como la antocianina—un compuesto vegetal presente en alimentos morados y azules como las uvas o los arándanos—podrían contrarrestar los efectos negativos de los microplásticos en la fertilidad, incluyendo la reducción de testosterona y estrógeno, y la calidad del esperma.
Además, las antocianinas están asociadas con beneficios para el corazón, mejor regulación del azúcar en sangre y un menor riesgo de enfermedades neurodegenerativas.
Una alimentación saludable fortalece la resistencia del cuerpo
Un cuerpo bien alimentado está mejor preparado para enfrentar los daños de los microplásticos. Por eso, se recomienda mantener un peso saludable y seguir una dieta rica en:
- Frutas y verduras frescas
- Legumbres y pescado
- Carnes sin procesar
- Granos enteros y nueces
Este tipo de alimentación también aporta fibra, la cual favorece el equilibrio de la microbiota intestinal. Dietas como la dieta mediterránea han demostrado reducir la inflamación, mejorar los niveles hormonales y disminuir el riesgo de diabetes tipo 2.
Reducir la exposición y mejorar tu salud general son claves
No podemos eliminar completamente los microplásticos de nuestras vidas, pero sí podemos tomar medidas para mitigar sus efectos. Adoptar una dieta equilibrada, rica en antioxidantes, y evitar el consumo excesivo de productos plásticos son pasos importantes para proteger la salud.
La ciencia aún está explorando soluciones más directas, pero mientras tanto, cuidar lo que comemos y reducir nuestra exposición a plásticos puede marcar una gran diferencia.
