Rascarse alivia la picazón, pero puede empeorar la inflamación, revela estudio

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3 febrero, 2025
| Estilo de vida
Salud FM
Foto: Freepik
Un estudio de la Universidad de Pittsburgh explica por qué el rascado, aunque placentero, agrava la inflamación y puede ayudar a combatir infecciones cutáneas

Un estudio reciente realizado en la Universidad de Pittsburgh ha revelado un hallazgo sorprendente: el acto de rascarse cuando algo pica no solo agrava la inflamación, sino que también podría desempeñar un papel clave en la protección contra infecciones bacterianas. Este descubrimiento plantea una paradoja evolutiva: si rascarse es dañino, ¿por qué nos causa placer?

El placer de rascarse: una respuesta evolutiva

Rascarse es una de las respuestas más instintivas del ser humano ante el picor. Sin embargo, este comportamiento puede convertirse en un círculo vicioso de picor-rascado-inflamación, algo común en enfermedades de la piel como la dermatitis o el prurito crónico. La investigación publicada en Science indica que el rascado, aunque provoca inflamación, también activa mecanismos inmunológicos que ayudan a combatir bacterias en la piel.

Un experimento con ratones que revela el mecanismo del rascado

Para entender mejor este fenómeno, los científicos realizaron un experimento con ratones normales y ratones modificados genéticamente para no sentir picazón. Se indujo en ellos una dermatitis alérgica de contacto, que provoca hinchazón y sarpullidos. Los resultados fueron contundentes:

  • Los ratones que se rascaban presentaron mayor inflamación y acumulación de neutrófilos (células inmunitarias inflamatorias).
  • En los ratones a los que se impidió rascarse, la inflamación fue mucho menor.
  • Aquellos ratones que no podían sentir picazón tampoco desarrollaron una inflamación significativa.

Estos hallazgos confirman que el rascado desencadena una reacción inmunológica que exacerba la inflamación en la piel.

¿Por qué rascarse genera inflamación?

El equipo de investigadores descubrió que el rascado activa neuronas sensibles al dolor, las cuales liberan sustancia P, un compuesto que estimula a los mastocitos (células inmunitarias) y aumenta la inflamación. Este proceso ocurre a través de dos vías simultáneas:

  1. Reacción directa: Los alérgenos activan a los mastocitos, provocando inflamación y picor.
  2. Respuesta al rascado: La sustancia P liberada por las neuronas potencia la activación de los mastocitos, amplificando la inflamación.

Este descubrimiento explica por qué el rascado empeora los síntomas en personas con afecciones cutáneas crónicas.

Rascarse también podría tener un beneficio inmunológico

A pesar de sus efectos negativos, el rascado parece desempeñar un papel protector contra infecciones cutáneas. El estudio reveló que reducía la diversidad de bacterias en la piel, incluyendo al peligroso Staphylococcus aureus. En modelos animales, la inflamación causada por el rascado ayudó a controlar el crecimiento bacteriano y proteger la piel de infecciones.

Según Daniel Kaplan, autor del estudio, este hallazgo sugiere que el rascado ha persistido a lo largo de la evolución porque ofrece un beneficio adaptativo. Sin embargo, advierte que, en la actualidad, el rascado excesivo puede ser más perjudicial que beneficioso.

¿Deberíamos rascarnos o evitarlo?

A pesar de los posibles beneficios inmunológicos, los expertos recomiendan evitar el rascado, especialmente en personas con afecciones crónicas de la piel. Según Esther Serra, dermatóloga del Hospital de Sant Pau, la inflamación prolongada puede debilitar la barrera cutánea y facilitar la entrada de alérgenos y otros agentes irritantes.

Nuevas oportunidades terapéuticas para tratar el picor

Los hallazgos de este estudio abren la puerta a nuevos tratamientos para enfermedades de la piel. Kaplan y su equipo ya están trabajando en el desarrollo de una crema tópica basada en un compuesto natural que podría ayudar a controlar la picazón y reducir la inflamación sin los efectos negativos del rascado.

Por su parte, Silvia Sánchez Ramón, presidenta de la Sociedad Española de Inmunología, destaca la relevancia del estudio al ofrecer una visión más clara sobre el mecanismo del picor y su relación con el sistema inmunológico. Aunque los resultados aún deben confirmarse en humanos, representan un avance clave en la dermatología y la inmunología.

Conclusión: la importancia de controlar el rascado

El estudio de la Universidad de Pittsburgh ha demostrado que rascarse no es solo una acción instintiva, sino un comportamiento con raíces evolutivas. Aunque puede proporcionar cierto alivio y protección contra infecciones, su impacto negativo en la inflamación supera sus beneficios en la mayoría de los casos.

Por ello, los especialistas recomiendan evitar el rascado y optar por tratamientos que controlen la picazón sin provocar inflamación adicional. En el futuro, nuevas terapias podrían ofrecer una solución efectiva para quienes sufren de afecciones cutáneas crónicas

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