Todo lo que debes saber sobre las fases del sueño y cómo benefician tu salud

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14 mayo, 2025
| Estilo de vida
Salud FM
Foto: Getty Images
Conoce las distintas fases del sueño, desde el sueño ligero hasta el REM, y descubre cómo cada etapa contribuye a mejorar tu bienestar físico y mental

Todo lo que necesitas saber sobre las fases del sueño y su importancia para la salud

El sueño es un proceso biológico fundamental que ocupa cerca de un tercio de nuestra vida. No se trata solo de un estado de reposo: durante el sueño, el cerebro permanece activo y realiza funciones esenciales para el bienestar físico y mental. Gracias a décadas de investigación, hoy sabemos que el sueño es un fenómeno altamente estructurado y vital para la regeneración del organismo, la consolidación de la memoria y la prevención de enfermedades.

¿Por qué es tan importante dormir bien?

Numerosos estudios han demostrado que dormir adecuadamente no solo mejora el rendimiento cognitivo, sino que también protege nuestra salud. La falta de sueño puede provocar desde problemas neurológicos hasta alteraciones metabólicas. Por ejemplo, un estudio de 1995 reveló que ratas privadas de sueño morían en pocas semanas debido a múltiples fallos fisiológicos.

El sueño también fortalece el sistema inmunológico, regula las hormonas del apetito (como la leptina y la grelina), ayuda a controlar el peso corporal y reduce la presión arterial, beneficiando al corazón. Además, durante el sueño el cerebro activa mecanismos que eliminan toxinas, lo cual es crucial para la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

Las fases del sueño: un ciclo complejo y organizado

El sueño humano se divide en dos grandes fases: la fase no REM (sueño sin movimientos oculares rápidos) y la fase REM (sueño con movimientos oculares rápidos). Estas fases se alternan en ciclos que duran entre 90 y 110 minutos, repitiéndose varias veces durante la noche. A continuación, exploramos cada una de ellas en detalle.

Fase no REM: el camino hacia el descanso profundo

Esta fase representa alrededor del 75% del sueño total y se divide en cuatro etapas progresivas:

1. Adormecimiento: la transición de la vigilia al sueño

Es la etapa inicial, con una duración de entre 5 y 10 minutos. El cuerpo empieza a relajarse y pueden producirse contracciones musculares involuntarias. El cerebro muestra ondas alfa, típicas de un estado de relajación. En este punto, aún podemos despertar con facilidad.

2. Sueño ligero: la mente empieza a desconectarse

En esta etapa, que ocupa aproximadamente el 50% del sueño en adultos, los músculos se relajan, la respiración se regulariza y disminuye la respuesta a estímulos externos. La actividad cerebral se caracteriza por ondas theta, acompañadas de husos del sueño y complejos K, que ayudan a consolidar la memoria y proteger el sueño.

3. Sueño profundo: recuperación y restauración física

Aquí aparece una mezcla de ondas theta y delta (estas últimas de baja frecuencia y alta amplitud), asociadas con una desconexión casi total del entorno. El metabolismo se ralentiza y se activan procesos de reparación celular, fortalecimiento del sistema inmunitario y recuperación muscular.

4. Sueño profundo real: el cuerpo entra en modo regenerativo

Esta etapa es la más profunda del sueño no REM. Las ondas delta dominan completamente, la temperatura corporal desciende al mínimo y el cuerpo alcanza su máxima capacidad de regeneración. Se liberan hormonas de crecimiento, se restauran las reservas energéticas y se fortalecen las defensas. Es especialmente importante en niños y adolescentes, ya que influye en el crecimiento y desarrollo.

Fase REM: el teatro de los sueños y la actividad cerebral intensa

La fase REM ocupa alrededor del 25% del sueño total y suele comenzar entre 60 y 70 minutos después de dormirse. Es la etapa más fascinante, ya que el cerebro muestra una actividad similar a la vigilia, mientras el cuerpo permanece en un estado de parálisis temporal, a excepción de los músculos oculares y respiratorios.

Durante esta fase:

  • Se producen los sueños más vívidos y narrativos.
  • El cerebro alterna ondas theta, alfa y beta.
  • Se consolida la memoria emocional y procedimental.
  • Se procesan las experiencias del día y se regula el estado de ánimo.

Dormir bien es vital para cuerpo y mente

El sueño no es un lujo, sino una necesidad biológica crucial. Comprender sus fases nos permite valorar su función restauradora y su influencia en múltiples aspectos de nuestra salud. Dormir bien no solo ayuda a pensar con claridad y sentirse mejor, sino que también protege el cuerpo frente a enfermedades y mejora nuestra calidad de vida.

Priorizar el descanso nocturno es una inversión en salud física, mental y emocional. Si cuidas tu sueño, tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán.

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