El aumento del calor nocturno afecta el sueño y eleva el riesgo de apnea en todo el mundo

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9 julio, 2025
| Estilo de vida
Salud FM
Foto: iStock / Getty Images / Freepik
Las noches más cálidas provocan pérdida de sueño profundo y un mayor riesgo de apnea obstructiva, amenazando la salud y la productividad global, alertan expertos.

El impacto del calor nocturno en el sueño: una amenaza creciente para la salud global

En los últimos 150 años, desde la expansión del uso de la electricidad, las personas han perdido entre 60 y 90 minutos de sueño cada noche. Esta disminución no solo afecta la calidad de vida, sino que representa un riesgo creciente para la salud pública. Factores como la iluminación artificial, el uso excesivo de pantallas por la noche y, ahora con más fuerza, el aumento de las temperaturas nocturnas, están perjudicando uno de los pilares fundamentales del bienestar humano: el descanso.

Menos horas de sueño y más despertares: las noches cálidas interrumpen el descanso

El aumento global de las temperaturas está generando noches más cálidas que dificultan conciliar el sueño, provocan despertares frecuentes y reducen el sueño profundo. De acuerdo con un estudio publicado en 2022 en la revista One Earth, las personas han perdido una media de 44 horas de sueño anuales durante las dos primeras décadas del siglo XXI debido al calentamiento nocturno. Las proyecciones para 2099, si el calentamiento global continúa su curso, indican que esta pérdida podría ascender a entre 50 y 58 horas por año.

Una revisión publicada en Sleep Medicine Reviews afirma que el calor nocturno derivado del cambio climático y la urbanización es una amenaza global para el sueño, lo que repercute directamente en la salud física, la salud mental, el rendimiento laboral y el bienestar general.

La privación del sueño está vinculada a enfermedades crónicas y menor productividad

La falta de descanso adecuado no solo afecta el estado de ánimo o el rendimiento, también se asocia con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, metabólicas, neurodegenerativas, mentales y ciertos tipos de cáncer. Además, influye en el aumento de accidentes laborales y de tráfico, y provoca una considerable disminución en la productividad.

Según Kelton Minor, investigador del Instituto de Ciencia de Datos de la Universidad de Columbia, ya existen pruebas suficientes de que el cambio climático está dañando nuestro sueño actualmente y que, si no se toman medidas urgentes, la situación empeorará. Minor señala que no hemos logrado adaptarnos a las condiciones térmicas actuales, acentuadas por el cambio climático y la urbanización que concentra a más personas en ciudades cálidas donde el calor se retiene más intensamente durante la noche.

El calor también agrava la apnea obstructiva del sueño y sus consecuencias

Además de disminuir la cantidad y calidad del sueño, las altas temperaturas están asociadas a un mayor riesgo de sufrir apnea obstructiva del sueño (AOS). Este trastorno, que se caracteriza por pausas en la respiración mientras dormimos, podría duplicarse o incluso triplicarse para el año 2100 si continúan los aumentos de temperatura actuales, según un estudio reciente publicado en Nature Communications.

El mismo estudio concluye que cuando la temperatura media diaria alcanza los 27.3 °C, la probabilidad de sufrir AOS aumenta en un 45% en comparación con temperaturas más frescas (6.4 °C). Según Carlos Egea, jefe de la Unidad del Sueño de la OSI Araba, esto ocurre porque el sueño profundo actúa como un protector natural contra la apnea y, al ser reemplazado por un sueño más superficial a causa del calor, el riesgo de este trastorno aumenta.

Las consecuencias de la apnea en la salud y la economía son alarmantes

En 2023, el incremento de casos de AOS vinculado al aumento de temperaturas provocó la pérdida de 800,000 años de vida saludable y una caída en la productividad laboral estimada en 30,000 millones de dólares, según cálculos de los autores del estudio.

La apnea no tratada se relaciona directamente con problemas cardiovasculares y, a largo plazo, con un mayor riesgo de enfermedades neurodegenerativas. Para el presidente de la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (FESMES), este problema podría convertirse en una de las principales crisis de salud pública en las próximas décadas.

Cómo adaptarnos a las altas temperaturas para proteger nuestro descanso

Transformar ciudades y hogares es parte de la solución

Expertos como Minor destacan la importancia de implementar acciones locales, nacionales e internacionales para reducir los gases de efecto invernadero. También señalan la necesidad de modificar la manera en que diseñamos nuestros espacios urbanos y residenciales.

Algunas soluciones recomendadas incluyen:

  • Incorporar más áreas verdes en las ciudades para reducir el efecto de isla de calor.
  • Invertir en mejor aislamiento térmico para los hogares.
  • Impulsar sistemas de climatización sostenibles basados en energías renovables como la eólica, solar o hidroeléctrica.

Si bien los aires acondicionados ayudan a mitigar el calor, también incrementan el consumo energético, por lo que su uso debe ir acompañado de una transición hacia fuentes de energía limpia.

El regreso del ventilador tradicional como aliado del buen dormir

Como alternativa más sostenible, Carlos Egea destaca el uso del ventilador de aspas, especialmente los de techo. Este tipo de ventiladores mejora la circulación del aire sobre la piel, lo que favorece la disminución de la temperatura corporal sin necesidad de enfriar toda la habitación.

Consejos prácticos para dormir mejor durante una ola de calor

Además de las acciones colectivas, hay recomendaciones individuales que pueden ayudar a mejorar el descanso:

  • Hidratarse adecuadamente a lo largo del día.
  • Darse una ducha tibia o refrescante antes de dormir.
  • Evitar el alcohol y las cenas copiosas por la noche.
  • No realizar ejercicio físico intenso en las horas previas al sueño.

Con estos cambios individuales y estructurales, es posible enfrentar mejor el desafío que representa el calor para el descanso y la salud en general.

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