Alerta científica: microplásticos se acumulan en el cerebro humano y podrían afectar la salud

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3 febrero, 2025
| Enfermedades
Un estudio revela que los microplásticos se concentran más en el cerebro que en otros órganos, aumentando las preocupaciones sobre sus efectos en la salud.

Un reciente estudio publicado en Nature Medicine ha revelado una realidad alarmante: los microplásticos se acumulan en mayor cantidad en el cerebro humano que en otros órganos , como el hígado o los riñones. Este hallazgo no solo confirma que estamos expuestos a niveles crecientes de estos contaminantes, sino que también plantea serias interrogantes sobre las posibles implicaciones para nuestra salud.

El aumento de microplásticos en el cerebro humano: un problema creciente

El análisis comparativo realizado entre muestras cerebrales de personas fallecidas en 1997 y 2024 mostró un incremento significativo en la concentración de microplásticos. Según los investigadores, las muestras del cerebro presentaban entre siete y treinta veces más partículas plásticas que los tejidos hepáticos o renales .

Matthew J. Campbell, biólogo del New Mexico Center for Metals y autor principal del estudio, explicó que este fenómeno está directamente relacionado con la exposición creciente al plástico en nuestro entorno. “Esto es simplemente porque estamos más expuestos”, señaló durante una presentación a periodistas. Sin embargo, destacó una nota positiva: los nanoplásticos no parecen acumularse más en adultos mayores que en jóvenes, lo que sugiere que el cuerpo podría tener mecanismos para eliminarlos con el tiempo.

¿Qué son los microplásticos y cómo llegan a nuestro organismo?

Los microplásticos son pequeñas partículas de plástico que van desde 0,1 micrómetros hasta cinco milímetros de tamaño. Estos residuos provienen de la descomposición de productos plásticos más grandes y han invadido prácticamente todos los ecosistemas del planeta. Entre 2000 y 2019, la producción mundial de plástico se duplicó, alcanzando los 460 millones de toneladas anuales . Se estima que más del 22 % de este material termina en el medio ambiente , donde entra en la cadena alimenticia.

Un estudio reciente de la Portland State University encontró microplásticos en el 99 % de las muestras de mariscos analizadas, con niveles especialmente altos en las gambas. Esto significa que estamos ingiriendo plástico sin siquiera darnos cuenta, ya sea a través de alimentos, agua o incluso el aire que respiramos.

¿Por qué el cerebro acumula más microplásticos que otros órganos?

La acumulación preferente de microplásticos en el cerebro tiene una explicación científica plausible. Según Eva Jiménez-Guri, bióloga investigadora de la Universidad de Exeter, el cerebro contiene aproximadamente un 60 % de grasa , mientras que otros órganos como el hígado o los riñones tienen menos del 3 % . Dado que los plásticos son hidrofóbicos (repelen el agua), tienden a adherirse más fácilmente a tejidos ricos en lípidos, como el cerebro.

Además, Campbell y su equipo sugieren que los nanoplásticos podrían ingresar al cuerpo incrustados en grasas dietéticas, filtrándose a través del intestino delgado y distribuyéndose por el torrente sanguíneo. Esta hipótesis abre nuevas vías de investigación sobre cómo estos contaminantes interactúan con nuestros tejidos.

Los riesgos potenciales para la salud: ¿qué sabemos hasta ahora?

Aunque aún no se ha establecido una relación causal entre los microplásticos y enfermedades específicas, algunos estudios ofrecen pistas inquietantes. Por ejemplo, el estudio detectó mayores niveles de microplásticos en cerebros de individuos con demencia. Sin embargo, esto podría deberse a fallos en la barrera hematoencefálica y mecanismos de detoxificación propios de esta condición, más que a una causa directa.

En animales, los efectos ya empiezan a vislumbrarse. Un estudio de 2023 en peces cebra reveló que los nanoplásticos inducen daños oxidativos y aceleran el envejecimiento cerebral. En ratones, se observó que las células inmunitarias del cerebro “engullen” microplásticos, formando coágulos que interrumpen el flujo sanguíneo. Aunque estos hallazgos no son concluyentes para los humanos, subrayan la necesidad de investigar más a fondo.

Controversias y desafíos metodológicos en la investigación

No todos los expertos están convencidos de los resultados. Roberto Rosal, ingeniero químico de la Universidad de Alcalá, señala que la presencia ubicua de plásticos en los laboratorios podría haber contaminado las muestras. “El hecho de que las muestras provengan de bancos de cerebros y no hayan sido recolectadas específicamente para este estudio puede sesgar los resultados”, advierte.

A pesar de estas críticas, tanto este estudio como otros similares han pasado por rigurosos procesos de revisión por pares. Los autores enfatizan la necesidad de cautela al interpretar los datos y abogan por más investigaciones para confirmar sus hallazgos.

Reflexiones finales: un llamado a la acción frente a la contaminación por plásticos

El descubrimiento de microplásticos en el cerebro humano es un recordatorio inquietante de cómo nuestras acciones impactan el medio ambiente y, eventualmente, nuestra propia salud. Aunque aún no sabemos si estos contaminantes son inocuos o peligrosos, su omnipresencia en nuestro cuerpo refleja un problema mucho mayor: la basura que generamos regresa a nosotros en formas insospechadas .

Un estudio de 2019 estimó que una persona promedio consume hasta cinco gramos de plástico por semana , equivalente al peso de una tarjeta de crédito. Frente a esta realidad, urge adoptar medidas para reducir el uso de plásticos y mejorar la gestión de residuos. La salud del planeta y la nuestra dependen de ello.

¿Qué podemos hacer? Reducir el consumo de plásticos de un solo uso, apoyar políticas ambientales responsables y promover alternativas sostenibles son pasos clave para romper este ciclo tóxico

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