Microplásticos invaden células humanas: la contaminación que ya está dentro de nosotros

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7 julio, 2025
| Enfermedades
Salud FM
Foto: Shutterstock. Diseño: Bárbara Castrejón, DGDC-UNAM
Los microplásticos presentes en alimentos, aire y agua ya penetran células y órganos humanos, representando un riesgo creciente para la salud pública.

Los microplásticos ya están dentro de nuestro cuerpo: un problema silencioso pero creciente

Los microplásticos —esas diminutas partículas derivadas de la degradación del plástico— han dejado de ser un asunto ajeno al cuerpo humano. Hoy se sabe que estos fragmentos microscópicos no solo contaminan el agua, los alimentos y el aire, sino que han logrado infiltrarse en nuestras propias células.

Cómo llegan los microplásticos a nuestro organismo

Con el paso del tiempo, los plásticos se descomponen en partículas tan pequeñas que terminan flotando en el ambiente como si fueran una especie de polvo invisible. Estas partículas terminan siendo inhaladas, ingeridas o absorbidas por contacto. De esta manera, los microplásticos han sido encontrados en los pulmones, el sistema digestivo, la sangre, la placenta, el corazón e incluso el cerebro.

Una amenaza cotidiana que pasa desapercibida

En lo que parece una escena tomada de un cuadro surrealista, investigadores han logrado capturar imágenes reales de células humanas colonizadas por microplásticos, donde las partículas aparecen como puntos rojos. Este hallazgo refleja cómo estos contaminantes atraviesan barreras orgánicas antes consideradas seguras.

Además, al ser tan pequeños, estos plásticos no solo entran al cuerpo, sino que también pueden salir de él. Se ha detectado la expulsión de microplásticos a través de la orina, las heces, la mucosidad y otros fluidos corporales. La pregunta inquietante es: ¿qué tanto se están integrando a nuestro ser?

Una reflexión inevitable: ¿vivimos en un mundo hecho de plástico?

La omnipresencia del plástico en nuestra vida diaria lleva a una reflexión más profunda. Si ya hablamos de novelas de plástico, dioses de plástico, alimentos de plástico o incluso emociones de plástico, ¿estamos también construyendo una identidad humana de plástico?

La ironía se vuelve evidente en escenas cotidianas, como al hacer el súper. Empacamos alimentos frescos en envases de plástico sin pensar que quizás estamos regresando ese mismo plástico al cuerpo. Todo esto resulta aún más alarmante al pensar en una mujer embarazada, cuya placenta ya puede contener microplásticos. ¿Estamos gestando seres humanos con componentes plásticos desde el nacimiento?

El origen del problema: una invención reciente con gran impacto

Lo más inquietante es que el plástico es una invención relativamente nueva. La baquelita, uno de los primeros plásticos sintéticos, apareció en 1907. En poco más de un siglo, este material se ha vuelto omnipresente e invasivo. Su capacidad para persistir en el ambiente y acumularse en organismos vivos lo convierte en una de las amenazas ambientales y sanitarias más complejas del siglo XXI.

¿Qué podemos hacer ante esta invasión invisible?

Reducir el uso de plásticos de un solo uso, optar por envases biodegradables y presionar por políticas públicas que regulen la producción y manejo del plástico son pasos urgentes. La ciencia ya ha advertido: el plástico ya no solo está en el entorno, sino dentro de nosotros. La pregunta ahora es qué haremos como sociedad para frenar esta invasión silenciosa.

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