En la actualidad, los microplásticos están presentes en casi todos los aspectos de nuestras vidas. Desde los alimentos envasados hasta nuestros muebles, ropa y hasta en el aire que respiramos, estos diminutos fragmentos de plástico han invadido nuestros cuerpos de maneras que apenas estamos comenzando a comprender. Pero, ¿por qué los microplásticos son tan perjudiciales para la salud y qué podemos hacer para protegernos de sus efectos?
¿Qué son los microplásticos y cómo afectan a nuestro cuerpo?
Los microplásticos y nanoplásticos son pequeñas partículas de plástico que provienen de productos más grandes que se descomponen con el tiempo. Estos diminutos fragmentos terminan en el agua, el aire y los alimentos, lo que nos lleva a ingerirlos o inhalarlos sin darnos cuenta. Según el Dr. Leonardo Trasande, experto en pediatría medioambiental, esta exposición continua a los microplásticos ha demostrado tener efectos negativos en diversas partes de nuestro cuerpo.
¿Por qué los microplásticos son peligrosos para nuestra salud?
Los microplásticos no solo se acumulan en nuestros tejidos, sino que también liberan sustancias químicas tóxicas. Estas sustancias incluyen ftalatos, bisfenoles y PFAS, conocidos como “sustancias químicas para siempre”, ya que no se descomponen fácilmente en el medio ambiente. La preocupación principal es cómo estos productos químicos afectan al sistema endocrino, un conjunto de glándulas que regula las hormonas responsables de funciones clave como el metabolismo, el crecimiento y la reproducción.
El Dr. Trasande destaca que la disrupción endocrina causada por estos productos químicos puede tener consecuencias graves, como problemas reproductivos, cáncer, obesidad y trastornos metabólicos. Los microplásticos y los productos químicos asociados también pueden afectar órganos vitales como el cerebro, el sistema cardiovascular y los órganos reproductivos.
¿Cómo reducir la exposición a los microplásticos?
Aunque eliminar por completo los microplásticos de nuestra vida diaria es un reto enorme, existen varios pasos que podemos tomar para reducir nuestra exposición y proteger nuestra salud. A continuación, te ofrecemos algunos consejos prácticos basados en las recomendaciones del Dr. Trasande.
Evita los alimentos enlatados para reducir el contacto con químicos dañinos
A pesar de que muchos envases de latas ahora están libres de bisfenol A (BPA), un conocido disruptor endocrino, aún se utiliza en algunos productos. Además, el bisfenol S, uno de sus sustitutos, también ha demostrado ser igual de tóxico. El Dr. Trasande sugiere evitar los alimentos enlatados siempre que sea posible. En su lugar, opta por envases de vidrio o acero inoxidable, que son más seguros y no liberan productos químicos dañinos.
No expongas plásticos al calor ni a productos de limpieza agresivos
El calor y los productos de limpieza fuertes pueden descomponer los plásticos y liberar microplásticos y sustancias químicas tóxicas. El Dr. Trasande advierte que, aunque muchos plásticos son etiquetados como aptos para microondas y lavavajillas, estas condiciones aceleran la liberación de partículas plásticas. Siempre que puedas, opta por utensilios de cocina de acero inoxidable o hierro fundido en lugar de plásticos que puedan degradarse.
Evita plásticos con los números de reciclaje 3, 6 y 7
El número de reciclaje en los plásticos es un buen indicativo del tipo de material con el que estamos tratando. El Dr. Trasande recomienda evitar los plásticos marcados con los números 3 (PVC), 6 (poliestireno) y 7 (otros), ya que estos pueden liberar ftalatos, estireno y otros químicos nocivos cuando se descomponen. Estos productos químicos pueden estar relacionados con varios problemas de salud, desde cáncer hasta problemas cardiovasculares.
Elige utensilios de cocina más seguros
Los utensilios de cocina antiadherentes, como las sartenes con revestimiento de PTFE (teflón), suelen estar impregnados con PFAS, sustancias químicas que no se descomponen en el medio ambiente. Estas sustancias se han vinculado a una serie de problemas de salud y contaminación del agua. Para evitar la exposición a estos plásticos dañinos, elige utensilios de acero inoxidable o hierro fundido.
Mantén tu hogar libre de polvo para reducir la exposición a microplásticos
El polvo doméstico es una fuente significativa de microplásticos. Estos fragmentos provienen de tejidos sintéticos, alfombras, muebles y productos químicos aplicados a las superficies. Para minimizar la exposición, es recomendable pasar la aspiradora con un filtro HEPA y utilizar una mopa húmeda para evitar que el polvo se acumule. La filtración del aire también puede ser útil para reducir la cantidad de partículas plásticas en el ambiente y mejorar la calidad del aire en tu hogar.