El periodista y escritor Johann Hari acaba de publicar su nuevo libro, Adelgazar a cualquier precio, donde narra su experiencia con medicamentos revolucionarios como Ozempic. Estos fármacos, que imitan la acción de una hormona intestinal llamada GLP-1, han generado un debate sobre su potencial para transformar la lucha contra la obesidad. En una entrevista reciente, Hari profundizó en los efectos de estos tratamientos, las implicaciones para la sociedad y el estigma asociado al sobrepeso.
Los riesgos de la obesidad y la revolución de los nuevos fármacos
Hari, quien ha vivido con sobrepeso desde joven, se sorprendió al descubrir lo grave que puede ser la obesidad para la salud. A través de su investigación, habló con científicos que le revelaron que las personas obesas tienen una mayor probabilidad de sufrir enfermedades graves como infartos, ictus, demencia y ciertos tipos de cáncer. Por ejemplo, quienes son obesos a los 18 años tienen un 70% más de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, una de las principales causas de ceguera y amputaciones.
Según el periodista, los medicamentos como Ozempic y otros tratamientos basados en el GLP-1 son el avance científico que podría definir nuestra era, similar a cómo las píldoras anticonceptivas o el Prozac marcaron generaciones pasadas. Estos fármacos pueden revertir la obesidad, lo que representa una opción real para aquellos que luchan contra el sobrepeso. Sin embargo, Hari advierte sobre la importancia de comparar los riesgos de seguir con sobrepeso frente a los de estos nuevos medicamentos.
Cómo los nuevos fármacos pueden transformar nuestra vida cotidiana
El impacto de estos tratamientos va más allá de la salud personal. En un informe de Jefferies Financial, se sugirió que las aerolíneas estadounidenses podrían ahorrar significativamente en combustible debido a que la obesidad disminuye en la población. En Los Ángeles, incluso ha aumentado la demanda de joyeros que ajustan los anillos de boda de personas que han perdido peso gracias a estos medicamentos. Actualmente, alrededor del 20% de los estadounidenses ya ha probado estos fármacos, lo que refleja el alcance de esta revolución médica.
Los efectos negativos y las preocupaciones sobre el uso de estos fármacos
A pesar de los beneficios, Hari también señala los riesgos. Los trastornos alimentarios, como la anorexia, pueden verse exacerbados por el uso de estos medicamentos. Si una persona con un trastorno de la alimentación toma Ozempic, podría ser fatal, ya que estos fármacos reducen el apetito de manera significativa. Por eso, Hari subraya que estos tratamientos deben ser estrictamente regulados para evitar consecuencias peligrosas.
Además, el periodista discute cómo los alimentos ultraprocesados afectan nuestra salud. Estos productos, cargados de sustancias químicas, han alterado nuestra capacidad natural para sentirnos llenos. Los fármacos como Ozempic podrían ser una respuesta para restaurar esa sensación de saciedad que la comida procesada ha debilitado.
La responsabilidad de la industria alimentaria en la crisis de obesidad
Hari también aborda la responsabilidad de la industria alimentaria en la epidemia de la obesidad. Según él, es urgente regular estrictamente los productos ultraprocesados, especialmente para evitar que los niños sean expuestos a alimentos que puedan perjudicar su salud a largo plazo. Aunque las soluciones a largo plazo son necesarias, el escritor admite que en su caso personal, el uso de los medicamentos fue una forma de enfrentar una “emergencia”. Compara esta situación con llamar a los bomberos cuando una casa está en llamas, aunque a largo plazo también sea necesario cambiar las normas de construcción.
El estigma de la obesidad y cómo está cambiando con los nuevos tratamientos
Uno de los puntos más interesantes que plantea Hari es el estigma asociado a la obesidad. En muchas culturas, se ha considerado que el sobrepeso es un pecado o una falla moral. La sociedad tiende a valorar la pérdida de peso solo si involucra sufrimiento, como el hambre o el ejercicio extremo. Sin embargo, Hari defiende que el aumento de peso no es un juicio moral. Más bien, es el resultado de un entorno en el que los alimentos procesados dominan, afectando nuestra capacidad para regular el hambre.
El uso de medicamentos como Ozempic desafía esta idea de que la obesidad debe ser castigada. Hari sugiere que debemos revisar nuestra visión de la obesidad y entenderla más como una consecuencia del entorno, no como un fallo personal.
Un futuro de medicamentos más sofisticados
Finalmente, Hari anticipa un futuro donde la ciencia será capaz de controlar el apetito humano de manera aún más eficiente. A medida que la investigación en torno a los hormonas intestinales avanza, es probable que surjan medicamentos más sofisticados con menos efectos secundarios. Esto podría conducir a una reducción significativa de la obesidad y de las enfermedades asociadas. Sin embargo, el periodista reconoce que este avance podría tener efectos impredecibles en la cultura y la percepción del cuerpo humano.
Conclusión: La llegada de fármacos como Ozempic marca el comienzo de una nueva era en el tratamiento de la obesidad, pero también plantea importantes preguntas sobre su impacto en la sociedad, la salud mental y la regulación de la industria alimentaria. La clave será encontrar un equilibrio entre tratar los síntomas inmediatos de la obesidad y abordar sus causas subyacentes, como el entorno y la exposición a alimentos ultraprocesados.