Conoce las primeras señales de alerta para actuar a tiempo y proteger tu salud
El VIH (virus de la inmunodeficiencia humana) es una enfermedad silenciosa que puede pasar desapercibida en sus primeras etapas, pero reconocer sus síntomas iniciales puede hacer la diferencia entre un tratamiento oportuno y complicaciones graves.
📊 Los primeros signos: una “gripe” que esconde algo más
En sus primeras semanas, el VIH puede manifestarse con síntomas similares a los de una gripe, lo que hace que muchas personas lo ignoren. Sin embargo, hay signos clave a los que se debe prestar atención:
- Fiebre persistente (±38°C), sin explicación aparente.
- Fatiga extrema, incluso sin actividad física excesiva.
- Ganglios inflamados en cuello, axilas o ingles.
- Sarpullido o erupciones en la piel.
- Dolor de garganta y llagas en la boca.
- Sudores nocturnos intensos sin razón aparente.
- Dolores musculares y articulares prolongados.
🚨 Cuando el VIH avanza: síntomas más severos
Si la enfermedad no es detectada a tiempo, el virus sigue debilitando el sistema inmune y comienzan a aparecer signos más graves:
- Pérdida de peso inexplicable.
- Infecciones frecuentes como resfriados, neumonías o infecciones por hongos.
- Herpes recurrente en labios o genitales.
- Diarrea crónica por más de dos semanas.
- Manchas blancas en la boca, indicativas de infecciones por hongos.
⚠️ ¿Cuándo hacerse la prueba de VIH?
Si presentas alguno de estos síntomas o has estado en situación de riesgo, es fundamental realizarte una prueba de detección. El VIH se transmite a través de:
- Relaciones sexuales sin protección (sin condón).
- Uso compartido de agujas o jeringas.
- Contacto con sangre infectada.
El VIH no tiene cura, pero con un diagnóstico temprano y tratamiento adecuado (antirretrovirales), es posible llevar una vida completamente normal.
Si tienes dudas o presentas alguno de estos signos, consulta a un profesional de la salud. Existen pruebas rápidas y gratuitas en centros de salud públicos. Un diagnóstico temprano puede hacer la diferencia.
