Hace 8,200 años el ser humano sobrevivió a una catástrofe climática global

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21 junio, 2025
| Noticias
Un estudio revela cómo las comunidades de cazadores-recolectores del hemisferio norte se adaptaron al frío extremo tras una crisis climática hace 8,200 años

La humanidad sobrevivió a una catástrofe climática global hace 8,200 años adaptándose a nuevas condiciones

Hace aproximadamente 8,200 años, el planeta enfrentó una abrupta catástrofe climática que cambió radicalmente el entorno natural. Sin embargo, los seres humanos de la época lograron sobrevivir y adaptarse a este nuevo mundo mucho más frío. Un estudio reciente liderado por la Universidad de Oxford y publicado en la revista Quaternary Environments and Humans revela cómo los cazadores-recolectores del hemisferio norte encontraron formas ingeniosas de subsistir pese a los cambios extremos en el clima.

Una bajada de temperatura repentina transformó el clima global y modificó la geografía de Europa

El evento climático de hace 8,200 años no fue tan severo ni tan prolongado como la última glaciación (que concluyó hace unos 11,000 años), pero sí fue intenso: las temperaturas descendieron hasta 6 grados centígrados en tan solo unas décadas. Además, el desprendimiento de una gran masa de tierra frente a la costa noruega provocó un tsunami que separó a Gran Bretaña del resto de Europa.

Este evento ha sido analizado anteriormente, pero mayormente desde un enfoque regional. El nuevo estudio ofrece una perspectiva más amplia al comparar registros arqueológicos y ambientales desde el noroeste de Europa hasta el sur de Siberia.

Estudio arqueológico comparó restos humanos y datos climáticos en distintas regiones del hemisferio norte

El equipo internacional de investigadores examinó cementerios de cazadores-recolectores, restos humanos y animales (alrededor de 300 muestras fechadas por radiocarbono) provenientes de la región del lago Bajkal en Siberia. También integraron análisis de polen y carbón vegetal en sedimentos lacustres para reconstruir los cambios en la vegetación y el clima con una precisión de décadas.

Los resultados muestran que las comunidades humanas reaccionaron de manera diversa al cambio climático. Algunas poblaciones migraron hacia zonas más favorables, mientras que otras permanecieron en sus territorios y ajustaron su estilo de vida. “No fueron víctimas pasivas, se adaptaron rápidamente”, explicó Rick Schulting, investigador de la Universidad de Oxford.

Las estrategias de adaptación incluyeron la pesca, la migración y la reorganización social

En regiones como el fiordo de Oslo y el lago Bajkal, aumentaron los asentamientos, lo que sugiere un uso intensivo de los recursos acuáticos, especialmente peces, focas y mariscos. Estos alimentos ofrecían una fuente constante de energía pese al enfriamiento global.

En la zona del lago Onega, al noroeste de Rusia, creció el uso de cementerios, lo que indica la concentración de comunidades en lugares donde el alimento era más accesible. No se trataba de un incremento en las muertes, sino de una reorganización social para enfrentar el nuevo entorno.

Por el contrario, en la costa occidental de Escocia, las poblaciones abandonaron sus formas de vida costera y buscaron refugio tierra adentro, lejos del viento y el frío extremos que afectaban las costas.

Lecciones del pasado: el cambio climático actual podría tener consecuencias similares

Este estudio no solo ayuda a entender el pasado, sino que también ofrece una advertencia para el presente. El calentamiento global actual está alterando las corrientes oceánicas, y algunos expertos, como Mikael Manninen de la Universidad de Helsinki, advierten que un colapso de la corriente del Golfo podría causar efectos similares a los de hace 8,200 años, incluyendo olas de frío intenso.

“Así como nuestros antepasados, hoy también deberemos adaptarnos a los desafíos climáticos”, afirma Manninen. Sin embargo, las opciones actuales son más limitadas. Las sociedades modernas dependen de infraestructura fija, como ciudades, carreteras y cadenas de suministro, lo que dificulta la movilidad y adaptación que sí tenían los cazadores-recolectores.

En palabras del equipo de investigación: “A la gente no le importa si son 1 o 2 grados más o menos, mientras no afecte a los patrones de precipitaciones, las migraciones de animales, los tipos de plantas disponibles. Pero si tu entorno se vuelve hostil de forma repentina, hoy es mucho más difícil simplemente marcharte”.

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