Daniel Drucker, el investigador detrás de Ozempic, advierte sobre su uso en personas sanas
Daniel Drucker, endocrinólogo canadiense y uno de los principales responsables del desarrollo de medicamentos basados en GLP-1 como Ozempic, ha sido reconocido recientemente con el Premio Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA. A pesar del éxito mundial de estos fármacos, Drucker mantiene una postura cautelosa respecto a su uso, especialmente en personas sanas que buscan perder peso sin una necesidad médica clara.
Una revolución científica que alcanzó la cultura popular
Drucker, actualmente profesor en la Universidad de Toronto e investigador en el Hospital Monte Sinaí, es uno de los científicos responsables de identificar y caracterizar la forma activa del péptido similar al glucagón (GLP-1). Este hallazgo dio origen a medicamentos como Ozempic, originalmente diseñados para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y que hoy son ampliamente utilizados para combatir la obesidad.
Sin embargo, Drucker reconoce que la popularidad de estos fármacos ha alcanzado niveles desproporcionados: “Veo Ozempic en todas partes, en tiendas, en partidos de fútbol, en televisión… A veces tiene un bombo excesivo”, comenta. A pesar de ello, considera que esta atención masiva también representa una oportunidad para valorar el impacto de la ciencia en la mejora de la salud pública.
Obesidad: una epidemia moderna con causas aún poco claras
El investigador resalta que la obesidad se ha convertido en un problema de salud global cuya raíz sigue siendo un misterio: “Cuando yo era joven, el problema era el hambre. Hoy es la obesidad. Y la genética no ha cambiado”. Drucker señala factores ambientales, alimentarios y sociales como posibles responsables, y recalca la necesidad de seguir investigando sus causas para poder prevenir, y no solo tratar, esta enfermedad.
Los medicamentos GLP-1 ofrecen beneficios más allá de la pérdida de peso
Uno de los aspectos más destacados de los fármacos como Ozempic es que sus efectos beneficiosos no se limitan al control del peso. Estudios como el ensayo SELECT, realizado con más de 17,000 personas con obesidad y antecedentes de enfermedad cardiovascular, demostraron una reducción del 20% en infartos, ictus y muertes, incluso en pacientes que no perdieron mucho peso.
Otros estudios recientes también han identificado mejoras significativas en la salud hepática, renal y cardíaca, independientemente de la pérdida de peso, lo que indica que estos medicamentos actúan por vías adicionales, como la reducción de la inflamación y la modulación de señales cerebrales.
El debate sobre su uso en personas sin enfermedades diagnosticadas
Frente a la creciente tendencia del uso de Ozempic y medicamentos similares en personas sanas que desean adelgazar o controlar impulsos, Drucker es claro: “No tenemos datos suficientes para usarlo en personas sanas”. El científico insiste en que sería necesario realizar ensayos clínicos específicos para este grupo antes de promover su uso generalizado.
“Yo no vendo los fármacos, yo los estudio”, afirma. Aunque reconoce que estos medicamentos han sido usados por más de dos décadas, insiste en que se debe evaluar cuidadosamente su seguridad en cada población objetivo.
El potencial del GLP-1 para tratar adicciones y su conexión con el cerebro
Otro hallazgo sorprendente es que los fármacos basados en GLP-1 parecen también reducir conductas adictivas, como el consumo de tabaco, alcohol y comida. Según Drucker, esto se debe a que los receptores del GLP-1 están altamente presentes en el cerebro y afectan el sistema de recompensa, reduciendo el placer derivado de ciertas sustancias o alimentos.
No obstante, aclara que los datos aún son preliminares: “Tenemos muchos testimonios, pero no suficiente evidencia científica robusta”. Aún faltan estudios a gran escala que confirmen estos efectos de forma concluyente.
¿Existe el riesgo de depender únicamente de fármacos en lugar de prevenir?
Drucker teme que el avance de estos tratamientos desincentive los esfuerzos por prevenir la obesidad y otras enfermedades crónicas. Para él, sería una “oportunidad perdida” dejar de investigar las causas subyacentes de estos problemas de salud: “¿Y si la solución fuera muy simple y barata?”.
La ciencia avanza, pero se necesita prudencia y prevención
Daniel Drucker celebra el impacto positivo de los medicamentos basados en GLP-1, pero también pide responsabilidad. Advierte contra su uso sin suficiente evidencia científica en personas sanas y llama a no olvidar la prevención. Su mensaje es claro: la obesidad debe entenderse como una enfermedad compleja que requiere tanto tratamientos eficaces como un conocimiento profundo de sus causas.