¿Es posible vivir sin música? Esto dice la ciencia sobre su impacto en nuestro cerebro
La música forma parte del día a día de millones de personas en todo el mundo. Aunque no es *esencial* para sobrevivir, numerosos estudios científicos coinciden en que sí juega un papel clave en nuestro bienestar emocional y mental. Así lo asegura Robert Zatorre, neurocientífico argentino y uno de los pioneros en el estudio del efecto de la música en el cerebro, en una entrevista con el medio español El País.
Escuchar música activa múltiples zonas del cerebro humano
Cuando escuchamos música, nuestro cerebro no se limita a procesar sonidos. En realidad, se activan una gran variedad de regiones: las áreas auditivas, motoras, la memoria, las emociones e incluso zonas relacionadas con la lectura. Esta complejidad convierte a la música en uno de los pocos estímulos capaces de tocar casi todas las funciones cognitivas del ser humano.
La música genera placer, pero no en todos
Aunque para la mayoría la música es una fuente de placer, motivación y conexión emocional, existe un pequeño porcentaje de personas que no experimentan ninguna reacción emocional al escucharla. Se estima que entre el 2% y el 4% de la población tiene una menor conexión entre las áreas auditivas y el sistema de recompensa del cerebro.
Estas personas no padecen ninguna enfermedad ni trastorno neurológico. Simplemente, la música no les genera placer, del mismo modo en que otras personas no disfrutan de ciertos sabores o actividades.
¿Podemos vivir sin música? Sí, pero no sería lo mismo
Desde un punto de vista biológico, es completamente posible vivir sin música. No es un elemento imprescindible para la supervivencia física, como lo son la comida o el agua. Sin embargo, la música cumple una función social, emocional y comunicativa que la vuelve casi indispensable en la vida moderna.
La música nos ayuda a emocionarnos, conectarnos con los demás y sentirnos parte de algo más grande. Por eso, aunque se pueda vivir sin ella, la vida sería, sin duda, menos agradable y menos significativa.
La música no es vital para sobrevivir, pero sí para vivir plenamente
En resumen, la música no es un requisito para seguir con vida, pero su impacto en el cerebro humano la convierte en un componente clave del bienestar emocional y social. Nos acompaña en los momentos más importantes, estimula casi todas las funciones cognitivas y nos conecta con los demás. Vivir sin música es posible, pero definitivamente no es lo mismo.