Proteínas antiguas revelan información crucial sobre Paranthropus robustus, un pariente extinto del ser humano
Un equipo de científicos liderado por la Universidad de Copenhague (Dinamarca) y la Universidad de Ciudad del Cabo (Sudáfrica) ha realizado un descubrimiento trascendental que abre nuevas puertas para entender la historia evolutiva de los primeros homínidos. Este hallazgo se logra mediante una técnica innovadora conocida como paleoproteómica, que permite recuperar fragmentos de proteínas del esmalte dental de fósiles, los cuales se conservan mucho más tiempo que el ADN antiguo. Los detalles de esta investigación se publicaron recientemente en la revista Science.
La paleoproteómica: una nueva herramienta para la evolución humana
Hasta ahora, la reconstrucción de la historia evolutiva humana se ha basado en el análisis de fósiles y ADN antiguo. Sin embargo, estas dos fuentes de información presentan limitaciones: los fósiles son escasos y el ADN no se conserva bien más allá de los 20,000 años. Para superar estos obstáculos, los científicos recurren a la paleoproteómica, que permite analizar las proteínas del esmalte dental de fósiles que tienen millones de años de antigüedad.
El análisis de las proteínas de Paranthropus robustus
En esta investigación, los científicos estudiaron las proteínas extraídas de los dientes de Paranthropus robustus, una especie de homínido que vivió en África entre 2.8 y 1.2 millones de años atrás. Estos fósiles fueron encontrados en la cueva de Swartkrans (Sudáfrica) y son algunos de los restos más antiguos de esta especie. El análisis permitió a los investigadores determinar el sexo biológico de los individuos y reveló una variabilidad genética que no se había detectado hasta ahora en esta especie.
Importancia de la determinación del sexo biológico
Una de las contribuciones más significativas de este estudio fue la capacidad de determinar el sexo biológico de los individuos de Paranthropus robustus. Los análisis revelaron que dos de los fósiles correspondían a machos y dos a hembras. Aunque en apariencia este hallazgo podría parecer trivial, resulta relevante, ya que determinar el sexo de especímenes de hace millones de años es un desafío en paleoantropología.
Este avance ofrece una nueva perspectiva sobre las diferencias de género en los homínidos y podría ayudar a comprender los comportamientos sociales y la biología de nuestros ancestros más cercanos. Según Esther Lizano, investigadora del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) y coautora del estudio, “determinar el sexo biológico de estos individuos que vivieron hace dos millones de años es realmente remarcable. Este hecho nos abre las puertas a entender la biología de otras poblaciones pertenecientes al linaje humano”.
Los límites de la paleoproteómica y la relación entre Paranthropus y Homo
A pesar de sus avances, la paleoproteómica tiene limitaciones. Por ejemplo, si no se extraen suficientes proteínas, no es posible construir un árbol filogenético que permita identificar con precisión cuándo se produjo la separación entre el linaje de Paranthropus y el linaje de los Homo, del cual descienden los humanos modernos, los neandertales y los denisovanos.
En este caso, los investigadores no lograron determinar con exactitud el momento de la separación debido a que las proteínas de ambos linajes eran extremadamente similares, lo que sugiere que en esa etapa de la evolución había poca diversidad genética y proteómica entre las especies. Sin embargo, el análisis reveló que uno de los individuos de Paranthropus era genéticamente distinto a los demás, lo que apunta a la existencia de pequeñas diferencias genéticas dentro de esta especie.
Reconociendo el legado africano en la investigación paleontológica
En un esfuerzo por corregir errores históricos relacionados con la apropiación de datos y narrativas científicas en África, la autora principal del estudio, Palesa Madupe, destacó la importancia de reconocer el trabajo de los científicos africanos en la investigación. Madupe señaló que las futuras investigaciones deben alejarse de la llamada “investigación helicóptero” y enfocarse en una ciencia más ética y socialmente responsable, que valore el conocimiento africano y eleve a las comunidades que son custodias del patrimonio fósil.
“Esperamos que las futuras investigaciones en esta disciplina se orienten hacia una ciencia más ética y socialmente responsable, que se centre en el conocimiento africano y eleve a las comunidades que son custodias de nuestro patrimonio fósil”, concluyó Madupe.
Un avance prometedor en la paleoarqueología
Los hallazgos obtenidos a través de la paleoproteómica ofrecen una nueva perspectiva sobre los homínidos primitivos como Paranthropus robustus. Estos descubrimientos no solo revelan detalles sobre su biología y comportamiento, sino que también abren nuevas posibilidades para estudiar las complejas relaciones entre los diversos linajes humanos en la evolución de nuestra especie. Además, consolidan a la paleoproteómica como una herramienta clave en el análisis de los fósiles más antiguos, ayudando a los científicos a superar las limitaciones del ADN y los fósiles tradicionales.