Cortical Labs, una compañía australiana, ha dado un gran paso hacia el futuro de la tecnología biológica con la creación de CL1, la primera computadora biológica comercial que utiliza neuronas humanas para procesar información. Este avance promete revolucionar la forma en que interactuamos con la inteligencia artificial y podría tener un impacto significativo en los campos de la investigación científica y el estudio de enfermedades neurodegenerativas.
¿Cómo funciona la CL1? Neuronas humanas cultivadas en laboratorio
El sistema de CL1 está basado en un innovador concepto conocido como Inteligencia Biológica Sintética (SBI). Este sistema integra células neuronales humanas cultivadas en laboratorio en un chip de silicio, lo que permite que las neuronas se conecten de manera autónoma y se adapten a su entorno. Gracias a un soporte vital interno, estas neuronas pueden mantenerse vivas hasta por seis meses, permitiendo un funcionamiento prolongado.
El microprocesador de la CL1 actúa como una interfaz que permite la comunicación bidireccional entre las neuronas biológicas y el hardware. Para hacer esto posible, el sistema operativo biOS se encarga de ejecutar un mundo simulado que envía y recibe información de las neuronas, lo que modifica su entorno virtual de manera continua.
ASLP Labs debuted DiffRhythm, an open-weights model capable of generating 4-minute songs with vocals
All you have to do is give it lyrics and style reference, and it produces a song—taking just 10 seconds
See it in action:pic.twitter.com/HuaUt7iYK9
— Rowan Cheung (@rowancheung) March 5, 2025
Eficiencia energética: Una alternativa al consumo tradicional
Uno de los aspectos más sorprendentes de CL1 es su eficiencia energética. Mientras que los centros de datos convencionales, que operan con GPU y soportan cargas de trabajo de IA, pueden consumir más de 3.7 millones de watts al año, un solo rack de CL1 requiere entre 850 y 1,000 W. Esta eficiencia permite que las investigaciones puedan realizarse por períodos mucho más largos, sin los altos costos de energía asociados con las tecnologías tradicionales.
Propósito de la CL1: Un avance para la investigación científica
A pesar de sus capacidades impresionantes, CL1 no está diseñada para reemplazar las computadoras tradicionales en tareas cotidianas. Su principal objetivo es servir como herramienta de investigación científica. La computadora biológica permitirá a los científicos estudiar el procesamiento de información neuronal, investigar aprendizaje en tiempo real y avanzar en el estudio de enfermedades neurodegenerativas y cognitivas.
Lo más destacado de este avance es que, al estar basada en células vivas, permite realizar estos estudios sin necesidad de pruebas en animales, lo que ofrece una alternativa más ética y controlada para la experimentación científica.
La comercialización de CL1: Accesibilidad y nuevos avances
Cortical Labs tiene previsto iniciar la comercialización de CL1 en la segunda mitad de 2025, con un precio aproximado de 32,500 euros. Además, la empresa ofrecerá un innovador servicio de Wetware as a Service (WaaS), que permitirá a los investigadores adquirir tiempo en los chips y acceder a ellos de manera remota a través de la nube. Este modelo de servicio busca hacer la tecnología accesible a miles de investigadores y científicos en todo el mundo, promoviendo la inversión en investigación y desarrollo para continuar avanzando en nuevas tecnologías y descubrimientos científicos.
El futuro de la biocomputación: Democratizando la tecnología
Hon Weng Chong, CEO de Cortical Labs, destacó que el desarrollo de CL1 es el resultado de seis años de investigación. En sus declaraciones durante la presentación en el Mobile World Congress 2025 en Barcelona, enfatizó que el objetivo a largo plazo es democratizar esta tecnología y hacerla accesible a los investigadores sin necesidad de hardware ni software especializado. Este enfoque tiene el potencial de cambiar drásticamente el campo de la biocomputación, permitiendo un impacto tangible y real en el mundo científico.
En resumen, la creación de CL1 abre nuevas posibilidades para la investigación científica y la inteligencia artificial, llevando la biocomputación a un nivel completamente nuevo. Esta computadora biológica representa un paso hacia un futuro en el que las neuronas humanas y la tecnología digital trabajen juntas para resolver algunos de los desafíos más complejos de la ciencia y la medicina.