Científicos exploran el microbioma vaginal y su impacto en la salud femenina

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8 febrero, 2025
| Enfermedades
Salud FM
Foto: sogia.cl
Un grupo de investigadores alerta sobre la falta de conocimiento del microbioma vaginal y su influencia en la salud femenina, llamando a más estudios en este campo clave

El conocimiento sobre el microbioma vaginal sigue siendo limitado, a pesar de que más de la mitad de la población mundial tiene vagina. Este ecosistema microbiano juega un papel fundamental en la salud de las mujeres, pero todavía existen muchas incógnitas. Recientemente, un grupo de científicos bajo la iniciativa Isala Sisterhood ha llamado la atención sobre la necesidad urgente de investigar en mayor profundidad los microbios que habitan en la vagina y su impacto en la salud.

El vacío de conocimiento sobre los microorganismos vaginales

A pesar de los avances en el estudio de los microbios en general, los microorganismos vaginales siguen siendo un misterio en gran parte. Según los expertos, no se sabe con precisión qué microbios conforman un microbioma vaginal saludable ni cómo este puede influir en la salud y la enfermedad. Las investigaciones han estado históricamente centradas en las infecciones y los patógenos, dejando de lado el estudio de los microbios que promueven la salud.

Sarah Lebeer, investigadora y autora de un artículo reciente publicado en la revista Trends in Microbiology, explica que la microbiología se ha enfocado más en erradicar patógenos que en comprender los microbios beneficiosos. Sin embargo, en los últimos años, ha surgido un creciente interés en entender cómo los microbios pueden favorecer el bienestar, no solo prevenir enfermedades.

¿Qué es un microbioma vaginal saludable?

El microbioma vaginal está compuesto por una amplia variedad de microorganismos, entre ellos bacterias, hongos, arqueas y virus. La presencia de bacterias como Lactobacillus es clave para mantener un equilibrio saludable. Estas bacterias ayudan a prevenir infecciones y contribuyen a un embarazo saludable.

Sin embargo, el desequilibrio en este ecosistema puede generar riesgos como vaginosis bacteriana, infecciones por hongos como la Candida, infecciones urinarias, y otras enfermedades de transmisión sexual. Además, se ha asociado con un mayor riesgo de cáncer cervical, parto prematuro y atrofia vaginal en la menopausia.

Aunque se sabe que las especies de Lactobacillus son fundamentales para mantener el pH vaginal bajo y prevenir patógenos, se necesita más investigación para identificar otros microbios que puedan cumplir funciones protectoras similares.

El microbioma vaginal es único para cada mujer

El microbioma vaginal no es el mismo en todas las mujeres. Algunas tienen una flora vaginal dominada por Lactobacillus, mientras que otras presentan una composición más diversa, que podría ser igualmente saludable. Esto señala que no existe un solo “tipo” de microbioma vaginal saludable.

Lebeer resalta que, si bien las especies de Lactobacillus son fundamentales, otras especies bacterianas pueden ofrecer beneficios similares, por lo que es esencial seguir investigando. También hace un llamado a no generalizar estudios que sugieren que mujeres de ascendencia no europea o de ciertos grupos étnicos tienen tasas más altas de desequilibrio microbiano (disbiosis).

Desigualdad en la investigación sobre microbiomas vaginales

Uno de los principales problemas que enfrentan los estudios sobre el microbioma vaginal es la falta de representatividad de países de bajos ingresos. El conocimiento sobre la composición y las funciones del microbioma vaginal varía enormemente dependiendo del origen geográfico, y la investigación no debe centrarse únicamente en las regiones del norte global, advierten los expertos.

Esto no solo limita el conocimiento global, sino que también perpetúa una desigualdad en la salud que ha sido históricamente ignorada. La científica Sarah Lebeer enfatiza que la investigación en microbiomas debe ser inclusiva, abordando las necesidades de todas las regiones y etnias, sin caer en enfoques que beneficien exclusivamente a los países occidentales.

El microbioma vaginal cambia a lo largo de la vida

Es importante entender que el microbioma vaginal no es estático; cambia a lo largo de la vida de una mujer. Las hormonas, el ciclo menstrual, el embarazo, la menopausia y otros factores como la higiene y los tratamientos (antibióticos, probióticos) afectan la composición del microbioma.

En las etapas reproductivas, las especies de Lactobacillus son predominantes, pero en la menopausia, su cantidad disminuye, lo que altera el pH vaginal y puede aumentar el riesgo de infecciones. Las mujeres posmenopáusicas que tienen niveles bajos de Lactobacillus pueden experimentar sequedad vaginal, irritación y mayor susceptibilidad a infecciones. Sin embargo, la terapia de reemplazo hormonal ha mostrado resultados prometedores al restaurar parcialmente el microbioma vaginal.

Necesidad urgente de más investigación

A pesar de los avances realizados por la red Isala, queda mucho por entender sobre el microbioma vaginal y su impacto en la salud de las mujeres. Sin una comprensión clara de este ecosistema microbiano, las capacidades para diagnosticar y tratar infecciones vaginales son limitadas.

La falta de conocimiento adecuado sobre la variabilidad microbiana entre mujeres de diferentes partes del mundo y sobre las funciones exactas de cada microorganismo es una brecha significativa en la medicina. Esto puede resultar en diagnósticos erróneos y en tratamientos que no sean los más efectivos.

Gema Fernández Rivas, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, también destaca la importancia de profundizar en el estudio del microbioma vaginal. La investigación en este campo podría arrojar nuevos hallazgos sobre la salud sexual y reproductiva de las mujeres y ofrecer mejores diagnósticos y tratamientos.

La salud femenina y la ciencia del microbioma vaginal

Es evidente que el microbioma vaginal juega un papel crucial en la salud de las mujeres. Entender su composición y las interacciones entre los microorganismos es esencial para mejorar la prevención y tratamiento de infecciones y otras condiciones de salud. La investigación científica en este campo debe avanzar y volverse más inclusiva, con el fin de garantizar que todas las mujeres, independientemente de su origen geográfico o étnico, se beneficien de una mejor salud sexual y reproductiva.

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